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Cuando se trata de una boda en las Islas Baleares, el dress code suele ser más relajado que en la península: predominan las tonalidades claras, las siluetas fluidas y una estética mediterránea, natural y sofisticada a partes iguales. Un punto de inflexión que marcó el camino de nuestra invitada anónima de la semana, Ángela Palazuelos, para dar con un look primaveral impecable que se ha hecho viral en redes sociales. ¡Y no es para menos! Para nuestra sorpresa, hemos descubierto que fue creado por su propio padre, un reconocido diseñador de moda nupcial y alta costura afincado en la ciudad de Málaga.
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Nos cuenta que se decantó por este vestido tan especial para la boda de una amiga de toda la vida que se celebró en la finca Comassema, situada en la Sierra de Tramontana de Mallorca. "Fue diseñado y confeccionado por mi padre, Ángel Palazuelos, un diseñador con su taller en Málaga. Juntos quisimos crear algo único, que no solo reflejara mi estilo, sino también el cariño y la dedicación con los que él lo hizo. Siempre me ha encantado jugar con texturas, tejidos y colores, y esta vez no fue la excepción. Apostamos por un diseño que fusionara elegancia con personalidad, perfecto para un enclave tan maravilloso", explica.
El vestido está cuajado de volantes plisados de arriba abajo y confeccionado en vichy blanco y negro, el estampado clásico que popularizó Brigitte Bardot. Estos detalles añaden volumen y movimiento, mientras que el estampado fresco y luminoso capturaban la esencia alegre y sofisticada del día. "La combinación de los volantes plisados con técnica estropichiato y los cuadros fue el equilibrio perfecto entre lo clásico y lo moderno, alineándose con el espíritu de la ceremonia", cuenta Ángela.
Y lo que para nada esperábamos es que el look que hoy ocupa nuestras líneas es que hubiera aparecido en televisión. "Forma parte de una de las colecciones de mi padre, lo adaptamos para hacerlo más funcional. Fue parte de un desfile que se emitió en el programa Maestros de la Costura, lo que le dio un toque aún más especial", nos explica la protagonista emocionada.
El caos de las últimas horas: agujas, hilo y nervios
Aunque el vestido estaba listo para la ocasión, nos confiesa que tomó la decisión de ponérselo a última hora, ya que tenía otra opción (también diseñada por su padre) por lo que no le dio tiempo para ajustarlo al 100% con antelación. "Y ahí estaba yo, a minutos de salir, intentando no perder la calma mientras mi padre, con aguja e hilo en mano, hacía un ajuste de emergencia entre carreras y gritos de ‘¡No te muevas!’ y ‘¡Aguanta la respiración!’. Parecía una escena sacada de una sitcom, pero terminó siendo uno de mis recuerdos más entrañables del día".
Como complementos, nuestra invitada apostó por el negro para crear un contraste elegante con el estampado: pendientes y gargantilla en plata, una pequeña peineta antigua, altísimas sandalias de tacón y un bolso de mano vintage que no restaba protagonismo al vestido del que todo el mundo habla.