Durante estos días Madrid presume de San Isidro, su fiesta más castiza, con celebraciones que culminarán este jueves 15 de mayo con el día en honor al patrón de la ciudad. Además de las rosquillas, el vermú o su pradera, hay un elemento clave en su folclore: la vestimenta. Es cierto que el vestido de chulapa no cuenta con tanto protagonismo como se merece, pero aunque las madrileñas no lo llevemos puesto, siempre intentamos rendirle homenaje a través de otras prendas y accesorios.
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Nació, en parte, como una forma de diferenciarse de la élite social afrancesada hacia el siglo XIX. Y si bien al principio no recibía únicamente el nombre de chulapa o chulapo, pues cada barrio tenía un estilo con nombres diferentes, finalmente se adoptó este término para referirse a la indumentaria del madrileño castizo, del pueblo llano orgulloso de su identidad, a la que no le faltaba ese toque alegre y descarado.
Eran habituales las blusas blancas, los corsés, las mangas afaroladas, las faldas o vestidos ceñidos con estampados, así como el imprescindible pañuelo en la cabeza con sus claveles o el mantón. En ellos, el chaleco entallado, los pantalones oscuros y la gorra (llamada parpusa), no podían faltar. Estilismos pintorescos, pero también prácticos y cómodos. Basándonos en la tradición, te traemos una pequeña guía para vestir bien en San Isidro con prendas que podrás reutilizar después, pero sin perder la esencia madrileña.