Hubo un tiempo en el que las páginas de las revistas brillaban más que nunca, los paparazzi eran casi personajes secundarios de las historias de amor, y las parejas famosas no solo ocupaban titulares internacionales: también dictaban estilo. A principios de siglo, enamorarse bajo los focos de Hollywood parecía inevitable, sobre todo si los looks se convertían en noticia. Sus apariciones públicas en alfombras rojas o paseando con gafas de sol intentando pasar desapercibidos, eran pura inspiración. Y tenemos las imágenes que lo demuestran.
¿Quiénes forman parte de este legado que hoy recordamos con una mezcla de nostalgia y admiración? Desde Brad Pitt y Jennifer Aniston hasta Leonardo DiCaprio y Gisele Bündchen, pasando por Johnny Depp y Kate Moss. Aunque sus relaciones no sobrevivieron al paso del tiempo, dejaron una huella imborrable en la cultura pop y en nuestra memoria. Porque cuando el amor y la moda se dan la mano, el recuerdo se vuelve eterno.
Tiempo atrás, Brad y Jennifer eran sinónimo de estabilidad y elegancia en Hollywood. Se casaron en 2000 y, durante años, fueron los más esperados en las alfombras rojas. Con looks impecables y un carisma que traspasaba la pantalla, marcaron una época donde el amor parecía tener estilista propio. Ella, con su estética californiana sin esfuerzo; él, el galán moderno por excelencia. Aunque no tuvieron un final feliz, nos dejaron el recuerdo de una pareja que brilló sin necesidad de estridencias.
La relación de Leonardo y Gisele eran poder puro: él, el actor más deseado del momento; ella, la supermodelo que redefinió la pasarela. Durante cinco años, protagonizaron imágenes donde la elegancia no se forzaba, simplemente fluía. Sus apariciones eran impecables, sus viajes, noticia, y su presencia conjunta tenía ese algo que no se puede fingir. Fue una relación discreta, pero que aún hoy asociamos con una estética pulida, fresca y sin artificios.
A Sienna y Jude podemos definirla como la it couple londinense. Se conocieron en el rodaje de Alfie y, de pronto, todos querían copiar su estilo indie y desenfadado. Ella puso de moda el boho chic con un aire despreocupado que aún hoy es referencia; él, con su elegancia retro y mirada azulada, parecía sacado de otro siglo. Su historia fue un vaivén emocional, pero estéticamente, dejaron una huella difícil de borrar.
Johnny y Kate fueron pura intensidad. Su relación, entre la provocación y la admiración mutua, fue tan caótica como magnética. El actor revolucionó el panorama con su imagen rebelde, y la top model inglesa, gracias a su aura inalcanzable que sigue defendiendo en la actualidad, protagonizaron algunas de las imágenes más icónicas de la década. Sin buscarlo, marcaban tendencia: abrigos largos, botas, cigarrillos y miradas que hablaban por sí solas. Parecían una banda sonora convertida en pareja.
Su amor nació en el set de Crepúsculo y pronto salió fuera de escena. Kristen y Robert se convirtieron en ídolos de una generación que encontró en ellos una nueva forma de vivir y vestir el amor intenso de adolescentes. Camisetas gastadas, vaqueros rotos y sudaderas que decían más que cualquier declaración. Su relación fue breve, pero su influencia FASHION aún perdura como símbolo de una era marcada por la autenticidad.
Se conocieron en Cruel Intentions y lo que parecía solo una historia de ficción, acabó siendo una de las parejas más queridas de los 2000. Jóvenes, atractivos y siempre impecables, Reese y Ryan tenían una elegancia discreta que conectaba con el público. Ella encarnaba la dulzura sofisticada del estilo preppy; él, el equilibrio entre rebeldía suave y presencia clásica. Fueron la postal perfecta de un Hollywood más ingenuo.