La historia de las zapatillas españolas y artesanales que nacieron de una declaración de amor

El amor es el motor que mueve el mundo, la razón de muchos éxitos y el protagonista de historias inolvidables que nos han regalado más de una sonrisa (y alguna lágrima). Hoy encontramos un poderoso ejemplo, muy FASHION, que nos hace creer aún más en él. Seguro que habrás escuchado hablar alguna vez de Victoria, la marca de zapatillas de toda la vida que ha formado parte de los veranos de miles de españoles gracias a sus diseños de tela con puntera de goma que nunca pasan de moda. Aquí es donde reside el secreto de que el amor y el cariño por hacer bien las cosas siempre triunfa. Alejado del bullicio de las grandes ciudades, todo empieza en 1915 en una pequeña aldea de La Rioja, Cervera del Rio Alhama, de la mano de Gregorio Jiménez. ¿Quién es este visionario que apostó por seguir a lo que le dictaba su corazón y fundar un pequeño negocio de calzado que más de un siglo después factura 35 millones de euros anuales?

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Todo comenzó a principios del siglo XX, antes incluso de que Coco Chanel y Christian Dior se convirtieran en los genios de la moda a los que hoy alabamos. Esta empresario riojano, dedicado en cuerpo y alma a su profesión, diseñó unas zapatillas, conocidas ahora como Camping, a las que, como un precioso gesto romántico, originalmente las bautizó con el nombre de su primera novia, Victoria, que terminó siendo su mujer años después. Gracias a esta decisión impulsada solo por el corazón, hoy la marca de nombre femenino se ha convertido en una gran firma que conquista dentro y fuera de nuestras fronteras. 

Una de las claves que ha logrado que continuemos llevando su pequeño tesoro a los pies, es apostar por materiales nobles que cuidan al medio ambiente impulsando así un movimiento que día a día está más presente en el mercado nacional junto a firmas como Alohas, Ecoalf y Toni Pons. La marca de sneakers sigue siendo fiel a sus principios, a pesar de crear alrededor de 200 modelos por temporada y vender un millón y medio de pares al año que viajan por todo el globo terráqueo. Según cuenta Sara Gutiérrez, jefa de comunicación de la firma, a FASHION, "no salimos en ningún momento de España para darle vida a nuestros diseños de lonas. Cultivamos nuestro propio algodón en Andalucía (consumimos más de 16.000 kilos), las hilaturas se extraen en Cataluña, en Alicante se cose manualmente y en un pueblo de La Rioja se monta la zapatilla con el revolucionario proceso de vulcanizado que ha marcado nuestra seña de identidad". Un aspecto que llama especialmente la atención es su cuidado en los pequeños detalles que marcan la diferencia.

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"Para paliar el aroma fuerte de las piezas de neumáticos que utilizamos para las suelas, aplicamos un par de gotas de aroma de fresas creando una experiencia olfativa inolvidable", nos confiesa. Y así es, porque Victoria huele a verano, a esas semanas de sol, playa y piscina con nuestros hermanos y amigos en las que disfrutábamos de las vacaciones calzando las sneakers de cabecera que no faltaban ninguna temporada en la maleta. ¿Cuáles eran? Las inglesas, una silueta clásica que empezaron a confeccionar en lona de algodón 100% con la puntera de caucho natural en blanco que servían de freno para cualquier caída al suelo. Durante la era de los ochenta y noventa se convirtieron en el símbolo de toda una generación aumentando sus ventas en un 400%, todo un éxito para el negocio. 

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El modelo más antiguo que se conserva data de 1940 y destaca por tener la suela de esparto, pero no fue hasta una década después cuando se consolidó la empresa como hoy la conocemos. Momento en el que incorporaron a su proceso de elaboración la mencionada técnica de vulcanización, toda una revolución en aquella época que apuesta por materiales reciclados para respetar al planeta. "Gracias a este proceso tan artesanal, somos capaces de fabricar un par de zapatillas Inglesas cada 10 minutos. Entran en juego tres factores importantes que resultan inamovibles en nuestro proceso de fabricación: tiempo (10 minutos), temperatura (140 grados) y la presión del pistón sobre la horma", aseguran.

Otro detalle a recalcar en su legado es el proyecto I+D con el que han logrado disminuir el consumo de materia prima en 4.500 kg al año lanzando un producto único en el mercado, un algodón específico para tintar con un 30% de materia reciclada preconsumer al que denominan DREC© (Dyeable Recycled Ecological Cotton). Aunque mantienen sus diseños originales que siguen siendo de lo más vendidos respecto a otras tendencias punteras como el modelo Samba de Adidas que las prescriptoras han viralizado, esta empresa con su sede en los campos riojanos continúan ampliando su catálogo de mujer, hombre y niños con decenas de propuestas que encajan para todo tipo de estilos y planes. Su compromiso por prerservar un lugar más limpio a través de acciones sostenibles, se suma al de otras reconocidas firmas como Veja y Saye que se han colado en los armarios más exigentes del panorama en los últimos años. 

"El cliente español apuesta por los básicos para lucir todos los días con cualquier look; en cambio, en Francia prefieren opciones más arriesgadas con estampados llamativos y apliques brillantes". Comercializan nada más ni menos que en 54 países, pero este dato de lo más interesante sobre nuestros vecinos demuestra que los perfiles de compra son totalmente diferentes, ¡a pesar de separarnos varios kilómetros! Tal es su posición de renombre que a lo largo de su crecimiento se han aliado con marcas internacionales para crear colecciones cápsulas que han sido todo un éxito, desde con Zara Home a Desigual, Mahou, Munich... ¿Con cuál nos sorprenderán próximamente? Sea cual sea, todo lo que lleve la etiqueta Victoria está hecho con amor y podrás ser una afortunada de formar parte de una historia única que marcó el rumbo de nuestra industria.