Viajamos a Ibiza para hablar con el diseñador del vestido de cristales español que conquistó Netflix

Conoce la historia de Javier Osorio, el modisto de David Guetta que se ha colado en 'You'

Por María Palma

Andaluz, francés, ibicenco... Por la sangre del diseñador Javier Osorio corre el arte y el buen gusto, motivo que sería más que suficiente para volar hasta la isla de Ibiza, al corazón del 7 Pines Resort, y conocer, en primera persona, los secretos que hay detrás de su firma homónima. Pero es que tenemos una poderosa razón más. Su pequeño proyecto que nació hace más de diez años entre los camerinos de las discotecas más prestigiosas de Europa, ha terminado conquistando a los directores de vestuario de una de las series más virales de Netflix de la temporada, You.

Nuestra conversación en tierras pitiusas tiene lugar bajo el atardecer y frente a Es Vedrá, el rincón con más energía del mundo; un momento mágico en el que nos confiesa cómo comenzó a diseñar los virales vestidos de flecos de cristales que podrían enamorar a la mismísima top model Kate Moss. Con un espectacular desfile que cierra el primer fashion show organizado por NM Events Ibiza, nos ha demostrado el poder que tienen sus carísimos diseños en movimiento que conquistan a la jet set

¿Cuáles son tus coordenadas? 

Nací en Francia, cerca de Alemania y a unos 75 kilómetros de Luxemburgo; pero mis raíces son andaluzas, entre Granada y de Cádiz. Mi familia, es una más de los andaluces que emigraron a Francia. Con cuatro años nos mudamos a Barcelona, y a los 18, me instalé en Ibiza. Cuando me preguntan de dónde soy, siempre suelo decir del mundo.

Antes de iniciarte en la moda, ya eras artista ¿cómo comenzaste en el mundillo? 

Sí, realmente estudié música desde los diez años, estuve en el Grado Superior en el Conservatorio, pero me faltaron dos para ser profesor. Con la rebeldía de los 18, salí del armario, me independicé, empecé a estudiar entonces maquillaje y dejé el piano. 

¿Y alguna vez te había interesado el diseño de moda? 

No, bueno... No lo sé realmente, porque si miro para atrás, recuerdo que cogía mis pantalones y los customizaba. Básicamente todo empezó ahí. En ese momento trabajé en fiestas y discotecas en Ibiza, comencé bailando, y luego, rápidamente, hice los vestuarios para las gogós, ¡hasta me hacía los míos! Desde que llegué a la isla, me ha inspirado muchísimo, sus aguas cristalinas, los atardeceres en las playas de las Salinas... Todo queda reflejado en mis propuestas.

¿Cuándo iniciaste el proyecto? 

En 2012, ¡pero con moda masculina! Básicamente porque cuando salía de fiesta me gustaba customizarme mi cháleco, mis bambas, mi tejano, y todo el mundo me decía, ¿dónde lo has comprado? Hacía muy poca ropa de mujer; algún bikini, top...  Ahí paré mi proyecto personal y empecé a trabajar con David Guetta. Tras esa etapa colaboré con una compañía que se llama Nuart -muy buena en espectáculos- y me puso la vida del revés. Cerré mi tienda, porque realmente era lo que me gustaba, lo que podía crear.

¿Cuál fue tu primer contacto con la moda? 

Después de iniciarme en el mundo del espectáculo, el equipo de David Guetta me contactó para trabajar con él. El compromiso era tener los más de 200 looks del espectáculo listos en tiempo récord, tuvimos que hacer toda la producción en cinco días. Estuve tres días sin levantarme del sofá de mi casa con amigos, uno cortando cadenas, el otro cortando plumas, cuatro modistas cosiéndome... Me organicé  y salí adelante. Los conciertos empezaron a las doce y media de la noche y el último vestuario salió en mi casa a las dos y media de la madrugada. Vivo a 150 metros de Pachá y salían directos. Después de aquello, me gané el trabajo hasta que se fueron, ¡fue el año que más le gustaron!

¿Cómo pudiste afrontar este importante encargo? 

Trabajando bajo presión soy muy bueno. Me gusta, soy muy solvente a la hora de sacar cosas adelante.

Los diseños tienen ese guiño de Cabaret...

Sí, ¡muy Mouling Rouge! Mucha pluma, todo muy grande. Depende el diseño, tienen entre unos 1.800 a 2.500 flecos y pesan entre kilo y medio y tres, ¡pero puesto no se nota nada! Todas las clientas cuando se lo prueban experimentan que el peso queda repartido, no notas nada. Los patrones están hechos con dos capas de tul transparente, el típico de los trajes de novia con el efecto desnudo. Se insinúa pero no se ve nada, tiene mucha sensualidad.

Podríamos decir que tu camino e inspiración a la hora de crear, viene del mundo del espectáculo...

Sí, todo eso fusionado con el brillo. Cuando empecé a crear la marca, me preguntaban "¿qué tipo de ropa haces?" Y no sabía cómo definirla, porque aún no teníamos fotos, no tenía nada...  Decía que era lo típico que te pondrías cuando quieres ir a un sitio y que la gente se pregunte por ti. Me encanta hacer algo que no te deje indiferente. He conocido lo que la élite quiere; por ejemplo, cuando alguien entra a un sitio y digan quién es ella. Mis diseños son de edición limitada, modelos exclusivos, se venden en Ibiza, y de aquí se van para todo el mundo. 

¿Por qué vestidos de fiesta?

Hice todos los bikinis, corsets, faldas... De todo un poco. Pero luego me centré en los vestidos, porque al final es mucho más fácil de vender, es una pieza única, la clienta cuando se lo pone ya sale divina. Además, ¡la mujer gasta más que el hombre! Empecé a hacer ropa de calle, pero con un toque diferente... Creo que dentro del Adlib y de la moda ibicenca falta algo, y no todo tiene por qué ser blanco y tan igual. He hecho una colección de novia enfocada más en blanco.

¿Cuántos diseños hacéis? 

Solamente podemos hacer unos diez vestidos más o menos al mes, hasta hace poco era nuestro tope. Yo me encargo de la primera muestra y los que son por encargo de última hora que están fuera del stock y de la producción. Van con un certificado de autenticidad en el que se indica el número y la talla que es. 

¿Quién los confecciona? 

Puedo coser y sé coser, pero no me gusta. Y creo que siempre habrá alguien mejor, dentro de la costura, es un mundo muy grande. No es lo mismo coser licra, que coser materiales con pedrería o algunos más duros como tejanos… Cuando tenía que hacerlo para mí o las bailarinas, lo cosía yo, pero en el momento en que decidí crear una marca de lujo, ahí entendí que aunque yo pudiera hacerlo, no lo hacía con la misma calidad que otros. 

¿Cuál es tu secreto para coser?

Para mí es como la meditación. Cuando llevo dos horas bordando los vestidos a veces me comen las paredes, por eso he encontrado mi talismán y que creo que aporta energía a la pieza. Cuando voy bordando cada fleco (los confeccionamos a mano), con la primera puntada siempre digo 'protección, amor, salud', también otra frase ' me quiero, me amo, me respeto, me valoro', y 'paz, amor y felicidad', ¡así continúo durante toda la serie! Es meditativo, todo lo que es hacer cuentas me desestresa, lo que me estresa es hacerlo con una fecha de entrega y límite, ahí ya es cuando quieres ir más rápido, y por más que quieras no puedes hacerlo.

¿El taller está España? 

Sí, se hace todo aquí, es de confección española. Los cristales los compro en Barcelona, allí hay cuatro personas encargadas de hacer los flecos. Además colaboramos con una ONG, Solidaria, a través de ellos contamos con voluntarios en riesgo de exclusión social que nos ayudan a crear más flecos, ¡cada diseño tiene casi alrededor de 2.000! 

Y has desarrollado una innovadora máquina también...

Hemos hecho una maquinita con mi padre que es mecánico industrial. Necesitamos producir más flecos, antes tardábamos hasta tres minutos en hacer uno, ahora lo hemos reducido a casi dos minutos, que a la hora es una gran cantidad.

El vestido 'Athena' se ha colado el la serie 'You', ¿cómo ocurrió?

No lo sé ni yo, la verdad. Supongo que a través de Annie's Ibiza. Estaba en Asia de vacaciones, y me enteré por una buena amiga que me envió la foto de la actriz Tilly Keeper, que interpreta al personaje de Lady Phoebe en la cuarta temporada de You. Es cierto que nos han contactado desde Netflix y Movistar Plus, pero normalmente no tenemos stock y no podemos dejar los looks. Aunque el año que viene aparecemos en una serie española a la que hemos cedido siete prendas. 

¿Cómo será tu siguiente colección?

La colección que quiero hacer para el año que viene es sobre el tema del petróleo, tenemos que cuidar este mar. Es lo que atrae también a todo el turismo, pero para que no sea tan reivindicativo, porque al final trabajo para una jet set. Comercialmente le hemos puesto el nombre de Ópalo, que es una piedra preciosa que tiene todos esos tonos característicos del  petróleo: el tornosol, el verde, el dorado, el azul marino...

¿Cómo trabajas? ¿Diseñas varias colecciones al año? 

¿Cómo trabajo? Como puedo, básicamente, porque cada vez que decido hacer un diseño, son 50 horas de trabajo. Por desgracia -vamos a decir, más que por suerte-, solo puedo lanzar normalmente un nuevo vestido al año. Podría irme a India y mandar bordar los vestidos allí, pero serían con nuditos, le pegarías un tirón en el fleco y se rompería, ¿quién me asegura que van a seguir siendo exclusivos? Me gusta que tengan ese cariño con el que están hechos. 

¿Has diseñado alguna novia? 

Hay muchas novias que nos han comprado como segundo look. Igualmente, hay novias. Es el primero que hicimos, el icónico, Sofía, y ha sido el top de ventas. Yo me extrañaba porque decía, ¿cómo alguien puede comprar esto? Juega mucho con la sensualidad. Siempre he dicho que entre lo vulgar y lo elegante hay un hilo muy fino, y a mí me encanta andar sobre esa cuerda floja. Me encanta el vestido de "¿qué ves, qué no ves?". Osorio se usa para eventos, un cóctel, para salir, para una ocasión especial.... Siempre quieres destacar, aunque ya te sientas guapa, te gusta sentirte más sexy, ¡eso es un Osorio!

¿Cómo definirías a las chicas que llevan tus diseños? 

Las mujeres tenéis ese poder de transformaros de ser un camaleón, y con un Osorio lo conseguís. Llevándolo es una buena forma de hacer que te miren. Aprecias que no está hecho en cinco minutos. Aparte de las colecciones de edición limitada, hago también a medida. Las clientas de la alta sociedad son las que más me gustan porque son las que menos aparentan. Las ves por la calle y parece que no tienen nada del otro mundo, son gente normal, pero luego tienen tantísimo que no tienen que aparentar. Me piden que les confeccione diseños en exclusividad y personalizamos, el color, el largo... 

¿Hay tienda oficial?

No, ahora no tenemos tienda. En 2012 sí la tenía y todo cambió con la visita de un cliente. Me comentó que las camisetas eran demasiado caras para los que no tenían dinero, y demasiado barato para el que sí. Le hice caso, subí el precio a 95 euros, ¡y triunfé! Vendía cada día alrededor de ocho camisetas y abría la tienda tan solo dos horas por la noche. Estaba muy feliz porque era mi sueño, abrí mi tienda, vendía, me iba todo bien, pero me era muy sacrificado... Decidí colaborar de manera exclusiva con la conocida tienda Annie's Ibiza, fueron tres años ¡y nos quedábamos sin stock! Abrió otro comercio en Londres, y tenía mucho miedo porque no sabía qué iba a pasar...

Estaba acostumbrado a vender en verano, pero al abrir en invierno y tener página web, tuvimos que producir todo el año. Empezamos con una talla M únicamente, y luego ampliamos a las demás. Pero el total de diez vestidos que puedes hacer al mes, entre tres diseños, es cada vez muy complicado, ha sido una locura durante estos años. Había clientas que tenían que esperar un mes y medio e incluso dos meses para un vestido. Estoy muy agradecido y muy contento por todo lo que a través de ella la gente ha podido ver, creo que hemos crecido conjuntamente los dos mucho. Mis vestidos fueron uno de los top ventas los tres primeros años. 

¿Alguna celebridad que lo haya lucido? 

¡Rita Ora! Y se lo íbamos a regalar a Paris Hilton para que lo luciera durante su boda, pero al final no lo hicimos.

Kate Moss también es fan de Annie's Vintage...

Sí, pero que yo sepa Kate Moss no tiene ninguno de mis vestidos. 

¿Y ahora?

Justamente hace una semana una clienta de St Barths, que tiene una tienda una boutique, me acaba de comprar 12 vestidos que era el único stock que me quedaba. Ahora mismo estamos en Ibiza, Londres, Palm Beach, Miami, Orlando... El problema es que no podemos llegar a producir realmente para tanta gente, podemos hacer una media de unos 15 vestidos al mes, pero no podemos hacer 20 o 30, es muy complicado. Cuando era pequeño me decían, ¿qué te quieres ser de grande? Y yo decía, yo me voy a ser famoso y ahora mira... Pero lo que no quiero es que sepa cómo es mi cara. Yo soy muy energético, si no me da buen feeling, no quiero que seas una clienta. He tenido oportunidades de regalarle diseños a famosas, pero sinceramente no lo necesito ni quiero, porque no podemos producir más

¿Qué celebrity te gustaría vestir? 

No veo la televisión, no utilizo las redes sociales... ¡Soy un hippie encerrando en un mundo de modernas! Soy feliz en la playa, con mi sombrilla, pareo y poco más. Es más, muchos de los amigos que tengo en la isla, me conocen como el niño de los collares en la playa. Las Salinas es mi oficina, cuando quieras encontrarme, allí estaré porque para mí es la única zona que no ha cambiado nada. Vivo en el 2000, no conozco nombres potentes, aparte de Rosalía. Pero Taylor Swift me encantaría, básicamente porque lo poco que sé de ella es que es una de las más conocidas superwoman. Y de la vieja escuela, Sarah Jessica Parker, Celine Dion, Madonna, Beyoncé, Kate Moss y Cindy Crawford.

¿Cómo ves el futuro de la moda?

No me gustaba cuando todas las modelos son muy escualidas y muy delgadas. ¡Sé que una mujer tiene que tener curvas! Me gusta que una chica curvy puede ser sexy también y lo demuestre en las redes sociales. Para el año que viene, hacer una campaña con este tipo de modelos. Pero es verdad que como vengo del mundo de la noche, estoy acostumbrado a hacer solo un tipo de cuerpo y no es algo de lo que esté orgulloso; si pudiera cambiar algo, sería eso. Y si no lo hacemos no es porque no queramos, me encantaría, es por el hecho de que no podemos hacer más producción.

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