Hablamos con Lucía Losada, 'influencer' y empresaria: 'Lo mejor de mi trabajo son las experiencias; lo peor, quienes investigan tu vida'

Fundadora de dos empresas y madre por partida cuádruple, nos cuenta su visión sobre las tendencias del momento y la responsabilidad que conlleva trabajar en redes

Por Paula Callejo

Aunque mucha gente la conoce por su perfil en redes, en el que roza los 90.000 seguidores, etiquetar a Lucía Losada como influencer es, sin duda, quedarse corto. A sus 31 años, es cofundadora y directora de dos empresas (una agencia de comunicación y otra de representación de talentos), a lo que suma su trabajo como creadora de contenido y embajadora de firmas de lujo de la industria de la moda y la belleza. Nos damos cita con ella en el Palacio de Santa Coloma, sede del Consulado de Italia en Madrid, con motivo de la presentación de la nueva colección Diamonds de Rabat, firma a la que lleva vinculada varios años. Poco antes de dar comienzo la cena, en la que se codea con nombres como Eugenia Silva, Andrés Velencoso o Jaime de Marichalar, Lucía, que brilla con luz propia gracias a un vestidazo de lentejuelas de Bimani y unas impresionantes joyas de la casa anfitriona, nos habla de todas estas facetas y de cómo consigue compaginarlas con cuatro hijos pequeños

- ¿Cómo es tu proceso a la hora de elegir un look, ya sea para el día a día como para una cita especial?
Lo que me condiciona bastante el look suelen ser los zapatos, evidentemente también el tiempo, pero siempre suelo empezar pensando en los zapatos y, a raíz de ahí, voy construyendo el conjunto, normalmente con prendas básicas.

- Así que eres de las que cree que un buen accesorio puede transformar un look por completo...
Efectivamente, soy muy de básicos con respecto a pantalón y parte de arriba pero intento sumar unas zapatillas especiales que destaquen, llevar un buen bolso, y unas buenas joyas como las de Rabat (mis preferidas son las que son aptas también para el día a día). Me gusta mucho complementar.

- Si tuvieras que llevar un mismo look todos los días de tu vida, ¿cuál sería?
La verdad es que soy una persona bastante de básicos, no suelo complicarme demasiado, así que diría que apuesto 100% por un pantalón vaquero y una camiseta blanca, que nunca falla, con cualquier zapatilla.

- ¿Qué tiene que tener una joya para enamorarte?
En lo primero que me fijo siempre es en que sea un tipo de joya que me pueda poner todos los días de mi vida, no soy muy de ponerme piezas espectaculares para un evento especial y luego no usarlas. Suelo apostar más por una joya básica y buena que me combine con todo. Además, siempre suelen estar asociadas a momentos especiales y me gusta llevarlas siempre y que me recuerden a esos instantes.

- ¿Cuál es tu joya más preciada por su valor sentimental?
Por cada nacimiento de mis hijos, que tengo cuatro, me han ido regalando una pulsera, así que podría decir que esas cuatro pulseras son mi tesoro más preciado.

- Eres cofundadora de una empresa de marketing y también trabajas en una agencia de representación de influencers. ¿Cómo nacen estos proyectos? 
Yo empecé trabajando con la persona que actualmente es mi socia, Natalia, en otra empresa, y nos dimos cuenta de que teníamos bastante potencial. Pensamos en montárnoslo por nuestra cuenta y coger proyectos que de verdad nos emocionaran y fueran con nuestra forma de trabajar y cuidar a nuestros clientes. Un día, a raíz de mi primera baja de maternidad, cogí un poco de perspectiva, lo vi desde fuera y me di cuenta de que podíamos hacerlo perfectamente, así que nos lanzamos a ello y decidimos crear Franca Estudio, que es nuestra agencia de comunicación.

Un año más tarde, conocí a mi socio en la agencia de representación de influencers y es verdad que teníamos un criterio bastante parecido a la hora de trabajar con estos perfiles, de hecho nos puso en contacto un amigo en común porque sabía que íbamos a encajar y ha ido muy bien. Es muy guay porque son agencias complementarias que se nutren la una a la otra, estamos en la misma oficina y tenemos un equipazo, un ambiente brutal. Es una maravilla poder trabajar en algo que te apasiona.

- El hecho de trabajar en marketing, representación y como influencer tú misma te dará una visión 360 grados muy completa del sector, ¿no?
Sí, esto es guay porque hay veces que vives una situación desde el lado de agencia y por tus clientes luchas, eres capaz de ver esa otra parte y empatizas con las dos partes. Si solo lo ves desde uno de los lados, quizás te parece que muchas veces hay injusticias o que se hacen mal las cosas. Como dices, yo tengo una visión de 360 grados y estoy en un punto intermedio y soy más flexible a la hora de entender ciertas situaciones que se dan en este sector.

- Dos empresas, cuatro hijos y un perfil de Instagram que requiere actualizaciones constantes. ¿Cómo consigues organizarte sin volverte loca?
Yo siempre digo que hay que partir de la base de que soy una persona súper organizada y no me estreso cuando no llego a todo, porque no llego a todo. Cuando me dicen ‘¿cómo llegas a todo?, pues no llego, es imposible y menos con el tipo de vida que tengo yo. Ya no solo es el trabajo, la faceta de influencer, eventos, de aquí para allá todo el día, sino compaginarlo todo sin dejar de lado ninguna de las patas. Evidentemente mi familia es lo más importante pero lo otro también es una prioridad para mí. No me frustro si no llego, acepto que tengo que priorizar mucho y hay veces que fallo o que me toca cancelar en el último momento y asumo que es lo que me toca en esta época de mi vida, que encima mis hijos son muy pequeñitos todavía y muy dependientes.

También te digo que tengo ya a tres de cuatro en el cole y es una ayuda brutal, porque son muchas horas que están allí y me permiten durante ese horario laboral estar entregada a mi trabajo. Otro punto super importante es que sin mi marido esto es imposible, tiene un horario muy flexible y eso facilita mucho las cosas. No es que me ayude, es que está repartido entre los dos.

- ¿Qué consideras lo mejor y lo peor de trabajar como influencer?
Lo mejor es el acceso que tienes a ciertas cosas que si no, sería imposible. Me da la oportunidad de conocer gente, conocer marcas, historias… un montón de cosas que me siento súper afortunada de poder vivir y que de otra forma sería imposible. Por ejemplo, estar en esta increíble fiesta de Rabat, no lo podría haber conseguido. Me parece súper bonito y puede nutrir y aportar mucho a cualquier persona, tener oportunidades y experiencias muy aspiracionales.

La peor parte, supongo que un punto que asumes pero que no deja de ser un peso: el estar tan expuesto. Que la gente se permita el lujo de opinar porque piensan que te conocen, se meten hasta el fondo de tu vida y no piensan en las consecuencias, en que somos personas y hace daño. Evidentemente, cuando decides coger este camino lo asumes, pero no deja de ser una parte muy negativa.

- ¿Recibes muchas críticas?
No, la verdad que mi perfil es bastante sano y no tengo muchas críticas, tuve una época, pero más que haters era como que investigaban sobre mi vida, no les encajaba que tuviera cuatro hijos y dos empresas. Intentaban desacreditarme y era un poco locura, querían averiguar a qué colegio iban mis hijos e incluso lo que costaba mi casa. Vi esos comentarios y, más que dolerme, me daban miedo.

- Tener un altavoz como el tuyo implica también una responsabilidad. ¿Qué valores buscas transmitir a través de tu perfil?
La naturalidad, sobre todo. Considero que es muy importante no perder la naturalidad que transmito, y uno de los objetivos que me marco en redes es mantener la calma. Hay mucha gente que me dice que doy una imagen muy natural y relajada, y es que soy así, mi marido dice que soy súper yogui. Tengo mucha paciencia con los niños, en mi casa, como en todas, hay rabietas y se pelean, pero dentro de eso intento llevarlo lo mejor posible, e intento transmitir eso mismo en mi perfil: naturalidad y cercanía.

- ¿Qué crees que tiene tu perfil para haber conquistado a casi 90.000 en un momento en el que hay tantísima saturación de contenido?
Cuando tuve mi primer hijo yo tenía 26 años y creo que, al principio, a la gente le atraía también eso de ‘jo, que joven y está teniendo hijos’. Me casé con 24, muy joven, y en ese momento generaba curiosidad. Además, a los tres meses del primer hijo tuve el segundo, y, al ser algo fuera de lo común, llamaba la atención. Luego, una vez han llegado a mi perfil, creo que la gente se ha quedado por la naturalidad que comentábamos.

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