¿Zapatillas hechas con cactus? ¿Un bolso creado con hongos? La revolución de la moda empieza en los materiales

Los tejidos innovadores y la moda circular se dan la mano frente a las tendencias efímeras y la 'ropa de usar y tirar'

Por Elena M. Medina

¿Un bolso fabricado a partir de hongos? ¿Unas zapatillas hechas con mango? En la actualidad, la necesidad de encontrar la solución a la ecuación planteada por la moda sostenible (¿cómo seguir fabricando ropa y reducir el impacto en el planeta?), ha impuesto un frenético ritmo de trabajo en los departamentos de i+d de las grandes marcas, donde la innovación de materiales se ha convertido en una necesidad para atajar el impacto medioambiental. En la semana de la moda de París del pasado mes de septiembre, Stella McCartney subió a la pasarela su primer bolso de cuero vegano confeccionado con hongos. Un diseño creado en base a un material llamado Mylo, cultivado a partir del micelio, la parte vegetativa del hongo. Un revolucionario recurso que también formará parte proximamente de las zapatillas de Adidas como alternativa al clásico cuero. Javier Sanz, Director del Grado Universitario Oficial en Diseño de Producto de ESNE, apunta en este sentido el creciente número de alternativas al cuero tradicional y señala que "en las áreas de innovación de las grandes marcas, ya se trabaja con materiales como el cuero de mango, de uva, de té, de teca, de corcho, de algodón encerado, de champiñones, de papel washi, de corteza de árbol, de fibra de piña o de fibra de manzana".

Neumáticos convertidos en zapatillas o gafas de sol

En lo referente a la reutilización de residuos, el paradigma de la moda circular, las marcas de zapatillas parecen haber encontrado un camino fácil de transitar. En concreto, los neumáticos o las botellas de plástico se han convertido en un valioso recurso material a partir del cual fabricar calzado deportivo. Más allá de sellos especializados en la moda eco, firmas como Victoria o Missoni, que el pasado verano lanzó un modelo fabricado con materiales obtenidos de los residuos del trigo y del reciclaje de botellas de plástico, son solo algunos ejemplos. El motivo detrás de este tipo de iniciativas se explica, según el experto en diseño de producto Javier Sanz porque "los elastómeros que se utilizan en los neumáticos no se pueden volver a utilizar para la fabricación de los mismos productos, pues al ser vulcanizados no se pueden reutilizar en dicho sector. Sin embargo, es un excelente material para la suela del calzado. Al igual que sucede con el textil derivado del PET reciclado, que también se usa en calzado por sus excelentes propiedades".

De reaprovechar residudos saben mucho en Saye, la firma barcelonesa de zapatillas veganas fundada en 2018. En el proceso de fabricación de sus propuestas se dedica un tiempo a la investigación para dar con nuevos materiales sostenibles: "Utilizamos biomateriales 100% veganos. Después de meses de I+D con los proveedores, hemos conseguido desarrollar materiales sostenibles muy innovadores que nos han permitido lanzar zapatillas veganas compuestas por cactus, mango, bambú, maíz y algodón orgánico", explica a la web de FASHION Marta Llaquet, cofundadora y CEO de Saye. 

¿Un interés creciente?

La sostenibilidad monopoliza la conversación de la moda en la actualidad, pero ¿este debate se puede trasladar también a los consumidores? ¿Se preocupan los compradores en saber si el producto que van a adquirir es respestuoso con el medio ambiente? Desde Saye se muestran optimistas y sí vislumbran un creciente interés por este tipo de creaciones: "Desde que nació el proyecto a principios de 2018 hasta ahora hemos visto un aumento de interés del público en el calzado sostenible. En Europa del Sur el interés aún es bastante incipiente en comparación con el centro o el norte, aunque sí que se va notando un leve aumento. Dado que tanto la demanda como la oferta han crecido, el crecimiento y la profesionalización del sector ha ido en aumento, algo que nos beneficia a nosotros. Por orden de ventas estos son nuestros siete principales mercados: Alemania (30%), Gran Bretaña (10%), Francia (10%), Bélgica (8%), Países Bajos (7%), EEUU (6%) y España (4%), aunque hemos vendido en 115 países". 

Samuel Soria Santos, CEO de la marca de gafas sostenibles Parafina, coincide al identificar un público cada vez más amplio preocupado por consumir diseños "responsables con el medio ambiente y la sociedad. A su vez, quieren que el producto por ser eco no pierda su atractivo, suba de precio o sea de una calidad inferior….", apunta. Esta firma de gafas con sello español y alma sostenible se fundó en 2014 y en este corto periodo de tiempo explican que han "reciclado más de 3,5 millones de botellas de plástico, 190.000 botes de detergente, 30.000 latas, 245.000 tapones de corcho y 5.000 neumáticos".

- Moda por encargo, la alternativa que une diseños de tendencia y sostenibilidad

La popularidad actual de la moda vintage, sobre todo en el armario de iconos de la GenZ como Bella Hadid, Olivia Rodrigo o Zendaya, y el auge de las creaciones resultado del upcycling refuerza esa idea de cambio de mentalidad. El buscador de moda Lyst también señala en esa dirección. En su informe Lyst Conscious Fashion reflejaron un incremento del 117% en la demanda de prendas recicladas o reinterpretadas, con especial interés en Bode, la marca que ha hecho del upcycling su seña de identidad y que ha conquistado a Michelle Obama o Lorde, entre muchas otras.

Otras iniciativas, como Recollection de la firma francesa Sessùn, lo confirman. Este sello ha puesto en práctica un proyecto para concienciar sobre la importancia del reciclaje textil y, hasta el próximo 16 de noviembre, ofrecen a las clientas que visiten su tienda de Madrid la posibilidad de depositar un jersey de punto que ya no utilicen y, a cambio, obtienen un descuento del 15% en diseños de punto de la marca. La firma aprovechará estos restos textiles para crear nuevas propuestas. Sin embargo, a pesar de este tipo de iniciativas, poco a poco cada vez más comunes, el interés por la moda sostenible no está tan arraigado como puede parecer si tenemos en cuenta otros datos. Según un estudio realizado por la consultora Simon Kucher y publicado por el medio especializado moda.es en mayo de 2020, en España, "el 78% de los consumidores revela que las características eco de una prenda podría influir en sus decisiones de compra. No obstante, sólo el 5% de los consumidores sólo compra un producto si se le asegura que es eco"

Cómo evitar el 'green washing'

Cualquier persona interesada en apostar por prendas o accesorios sostenibles lo primero que debería hacer a la hora de ir de compras es identificar en la etiqueta los diferentes materiales que se han utilizado para su fabricación. Además, para intentar esquivar el green washing, existen algunas certificaciones que avalan el compromiso medionambiental de la marca en cuestión. El experto Javier Sanz enumera a este respecto algunas de ellas, "como el GOTS (Global Organic Textile Standard), un textil con etiqueta GOTs grado “orgánico” debe contener como mínimo un 95% de fibras orgánicas certificadas mientras que aquellos con la etiqueta “hecho con material orgánico” deben contener no menos de 70% de fibras orgánicas certificadas. Por otro lado, el estándar del IVN (International Association of Natural Textile Industry) se considera la norma más estricta que existe actualmente para la certificación textil ecológica pues exige que el 100% de las fibras utilizadas sean ecológicas certificadas y también es más restrictiva que ninguna otra en cuanto a las sustancias para la fabricación que se prohíben o restringen."

Parafina fue la primera empresa óptica en conseguir en España el certificado BCorp, un reconocimiento logrado en 2019 que garantiza que la marca "cumple con los más altos estándares de impacto social y ambiental. Es la certificación de las empresas que quieren ser las mejores, no del mundo, sino para el mundo. Se evalúan 5 áreas: gobernanza (misión, responsabilidad, transparencia de la empresa, etc), modelo de negocios (impacto en clientes, si los productos están diseñados para solucionar un problema social o medioambiental, etc), prácticas ambientales (instalaciones, materiales, energía, logística…), laborales (políticas para empleados) y sociales (relaciones con proveedores, diversidad, implicación en comunidad local, etc). Estas áreas se revisan cada 3 años", explican desde la marca. 

Para evitar la predicción que el diseñador Jean Paul Gaultier formuló en relación a la situación de la industria -"El exceso de ropa matará la ropa"- es imprescindible alejarse de las constantes novedades del fast fashion y de la ropa de usar y tirar. Apoyar firmas cuyo compromiso por el cuidado del medio ambiente sea tangible en sus propuestas y en su forma de producir es un primer paso, pequeño pero firme, para abrazar la moda responsable. 

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