¡Adiós vaqueros! Sandra Gago presenta los pantalones cómodos que mejor quedan

Durante muchos años, los vaqueros han sido los grandes protagonistas de nuestra vida estilística. Sin embargo, últimamente tienen otros potentes competidores. Hablamos de los pantalones de algodón, lino, satén y, por supuesto, piel, siendo este último uno de los tejidos preferidos por las que más saben de moda... ¡incluso en verano! Iconos de estilo como Kate Moss, Olivia Palermo o Rosie Huntington-Whiteley confirmaron hace tiempo que el efecto piel gana la batalla al denim a la hora de protagonizar los mejores looks primaverales. Un vaticinio que ha llegado a los armarios de las expertas de todo el mundo, entre las que se encuentra Sandra Gago, quien ha visto en una tarde primaveral el momento perfecto para demostrarnos que los pantalones de efecto piel, si se eligen con una silueta cómoda, son igual de cómodos... y mucho más favorecedores.

Gracias a un diseño como el verde militar 'efecto piernas infinitas' de cintura alta y corte recto de la firma Drome elegido por la modelo, podrías llevar un pantalón efecto cuero en primavera. La clave está en combinarlo con un top ligero, como su camiseta blanca sin mangas -un básico que nunca pasa de moda-, y unas sandalias. ¿Lo mejor? Que este tipo de look estilizan cualquier figura, ya que el pantalón aumenta considerablemente la largura de las piernas gracias a su acabado amplio, especialmente si la cintura queda marcada, llevando la camisa por dentro como Sandra.

Y si además quieres aumentar unos centímetros de altura -un truco que ha seguido la maniquí- y darle un toque de lo más veraniego al estilismo, unas sandalias de tacón cuadrado (que además son plena tendencia) se convertirán en tu mejor aliado, ideales para ir a dar una vuelta por el parque o para salir a cenar con amigas. También puedes apostar todo a la confortablidad y sustituir las sandalias por unas zapatillas con suela track, que te aportarán más comodidad y sujeción pero sin renunciar a los centímetros de más. Tan versátil como el clásico vaquero, pero mucho más rompedor.