Clara Berry, el nuevo icono que demuestra que las francesas no solo llevan vaqueros y camisa

Clara Berry forma parte de esa generación de chicas que se han hecho sitio en el mundo de la moda a través de una ventana digital. Mientras cursaba estudios de moda, trabajaba como maniquí a modo de hobby hasta que fue descubierta en Instagram en 2016 por un agente de modelos londinense. Aquel fue el principio de una carrera que sigue construyéndose a día de hoy y que sitúa a la instamodelo como uno de los perfiles más inspiradores de la temporada. Quizá uno de los aspectos más atractivos de Clara y una razón por la que destaca en el Street Style es que siempre se ha mantenido fiel a su estilo y a sus gustos personales, aunque ello implique no conseguir un aluvión de likes en sus perfiles. “A veces sé incluso antes de publicar una imagen que no será comprendida o likeada pero prefiero ser yo misma y gustarle al 10% de la audiencia que complacer a todo el mundo pero perder mi esencia”, explicaba en una entrevista reciente al portal Models.com. Y es que esta modelo francesa nada tiene que ver con las influencers que pasean el estilo parisino por las grandes capitales de la moda. 

Su piel bronceada y su melena castaña con destellos dorados, con una longitud que casi alcanza la cadera, acerca más a Clara a la estética de chica surfera que a las francesas abanderadas del effortless. Y es que, en realidad las similitudes de la modelo con algunas influencers australianas amantes de la playa y las olas cobran cierto sentido al saber que la maniquí nació en Nueva Caledonia, un archipiélago francés situado en Oceanía, en la Melanesia, un destino paradisíaco de playa a miles de kilómetros de París. 

Ajena a las tendencias más convencionales, el armario de Clara nada tiene que ver con el típico estilo parisino, relajado y sofisticado. El gusto de la influencer por las mezclas arriesgadas –tanto a la hora de combinar estampados como colores- encaja más con la fórmula de estilo seguida por prescriptoras escandinavas como la estilista danesa Emili Sindlev, amante de los colores ácidos y de tendencias como el matching print. 

Desde hace un tiempo, se deja ver en algunas capitales de la moda pero ha sido este año cuando su presencia ha ido más allá de desfiles puntuales y se ha convertido en un rostro más del Street Style internacional. Las firmas próximas a las generaciones más jóvenes, como Zadig et Voltaire, o aquellas que buscan acercarse a la Gen Z, por ejemplo Lacoste, no dudan en contar con la prescriptora en su primera fila. Su estilo transgresor, ubicado en el extremo opuesto de lo que conocemos como conjuntos casual, también ha llamado la atención de pesos pesados de la industria. Vivienne Westwood o Jean Paul Gaultier la invitan a sus desfiles, donde apuesta por llamativos conjuntos no aptos para alérgicos a los excesos. 

Aunque comparte front row con algunos de los rostros más conocidos del universo digital, como la italiana Chiara Ferragni o la alemana Caroline Daur, la francesa ha logrado hacerse un sitio dirigiéndose a otro tipo de público, más interesado en la moda que antepone el estilo personal sobre las tendencias. Un estilo personal que Clara pone de manifiesto cuando acude a la Semana de la Moda de Milán con una gorra de McDonald's como toque final de su look o con un bolso con la cara estampada de Elizabeth Taylor como Cleopatra para posar en la alfombra roja del Festival de Cannes.

A sus 26 años, la experta en moda (antes de trabajar en la industria, estudió moda en Francia), se dibuja como una de las new faces a las que seguir muy de cerca, algo que constata su más de medio millón de seguidores. Además de su conexión con el mundo de la moda, en las últimas semanas el nombre de Clara Berry ha ocupado titulares después de que la modelo fuera relacionada con el actor KJ Apa, una de las estrellas de Riverdale, la ficción que encandila a adolescentes de todo el mundo. Una relación que ha hecho que empiece a ser conocida también fuera de la industria.