Sara Carbonero cambia los vaqueros de siempre por el pantalón blanco perfecto para siluetas rectas

La presentadora tiene las claves para hacer de los tonos neutros un estilismo de tendencia

Por María Peña

En los últimos coletazos del invierno la inspiración para los estilismos de lunes a domingo tiende a escasear. Las claves de estilo que siempre funcionan piden a gritos un soplo de aire fresco para encontrar nuevas maneras de combinar las piezas de fondo de armario. Y en eso, Sara Carbonero, es toda una experta. Su capacidad para innovar y acertar en los estilismos de carácter informal ha hecho que su perfil social se convierta en un particular referente digital de estilo. Si la presentadora demostraba hace unas semanas que los pantalones vaqueros de pernera -muy- ancha y con bajo deshilachado tienen vocación de convertirse en un básico, en la última instantánea que la fundadora de Slow Love ha compartido con sus seguidores vuelve a hacer lo mismo pero, esta vez, con unos vaqueros acampanados en blanco.

Siempre abogando por piezas que estilicen al máximo la figura, Sara Carbonero apuesta por una de las tendencias que más ha triunfado en el street style esta temporada, el total white. Una propuesta que no rompió con ningún color llamativo manteniendo, así, una gama cromática neutra idónea para estilismos de oficina. La presentadora emparejó sus jeans de bajo acampanado blancos, un diseño por el que ya ha mostrado cierta predilección esta temporada, con un jersey blanco de cuello alto y una blazer en gris oscuro. Para rematar el atuendo e imprimirle los detalles finales, se decantó por un abrigo largo camel, unos botines de ante, un cinturón fino marrón y un bolso del mismo tono. ¿Su accesorio estrella? El sombrero, también en camel, que Sara ha convertido en una auténtica seña de identidad.

Haciendo gala de su habitual capacidad para crear estilismos inspiradores con las piezas más eternas que forman parte de cualquier fondo de armario, Sara consigue que nos enamoremos de los tonos neutros y la estética minimalista. Y, a pesar del título con el que acompañó la imagen, que rezaba "¿Y el sol para cuándo?", su impecable elección estilística hace que la llegada de la primavera no nos corra tanta prisa. 

Más noticias sobre:
Últimas Noticias