¡Qué cuerpazo! El último look de Jennifer Lopez no tiene rival

Con falda tubo y escote 'halter', la actriz vuelve a seducirnos con un estilismo de alto impacto

Por Mara Mariño

La gira promocional de Hustlers, el último proyecto de Jennifer Lopez, ha dado comienzo. Y, si en verano no tenía prácticamente tiempo para bajarse de los escenarios, -It's My Party Tour le ha llevado por un sinfín de países de todo el mundo-, los ha sustituido este otoño por los photocalls y presentaciones de la película. Llevando una vida bajo los flashes de los fotógrafos, si algo tiene presente es que cada ocasión cuenta (y mucho), por lo que la del Bronx es experta en no decepcionar a sus fans con sus combinaciones. Este martes, la intérprete de Dinero, volvía a dar en la diana de las tendencias con un look de estilo 2000, una estética que ha vuelto por todo lo alto a la que se han sumado varios diseñadores, quienes se han propuesto hacer de la década más odiada por los estilistas, la más gloriosa.

Las faldas de tubo son un básico imprescindible del armario, algo que une a actrices, cantantes e incluso mujeres de la realeza, por su versatilidad y comodidad. Una prenda que potencia especialmente las figuras con curvas, por lo que Jennifer, Kim Kardashian o Eva Longoria siempre la tienen en el vestidor, como buenas entusiastas. Este tipo de piezas vienen de largo en la historia estilística de la artista, que las lleva usando prácticamente toda su vida desde que sus apariciones públicas dieron comienzo. En su caso, para una de sus citas de trabajo por Nueva York, la elegida fue una pieza firmada por Tom Ford, de efecto drapeado en color nude y con el bajo de encaje.

Consiguiendo un resultado muy seductor, al tratarse de una prenda ceñida que marcaba el deportivo cuerpo de JLo, la cantante combinó la falda lápiz con un top de escote halter de cuero, que imitaba la piel de cocodrilo. Una manera de llevar el animal print actualizado conforme a las novedades de la temporada y, de paso, lucir los tonificados hombros que ha conseguido gracias a la rutina de entrenamiento que ha tenido que seguir para meterse en la piel de Ramona, la bailarina de pole dance que interpreta en la película.

Los complementos, algo que no falta en el armario de la artista, fueron unas gafas de sol de Prive Revaux y tacones tipo Mary Jane -con doble pulsera delantera- y tacón y puntera metalizados a contraste. Un calzado también de Tom Ford en color morado que contrastaba con el clutch empolvado de Christian Louboutin.

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