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El bolso para ir a trabajar que ha unido a nórdicas, italianas y francesas

Frente a los diseños 'mini' o las propuestas de siluetas inusuales, destacan los modelos funcionales inspirados en los maletines de oficina

En las últimas temporadas muchos diseñadores han optado por recuperar clásicos y actualizarlos siguiendo las tendencias del momento pero también manteniendo algunos de sus detalles originales, algo que funciona a la perfección en una época en que los diseños vintage suman más adeptos que nunca. El bolso Saddle, ese diseño con forma de sillín de bicicleta que Dior presentó por primera vez en 1999 (cuando John Galliano era su director creativo) se ha convertido veinte años después de su lanzamiento en unos de los éxitos del Street Style, que se ha rendido a las nuevas versiones de este icono. El Baguette de Fendi, creado en 1997, también ha protagonizado un sonado comeback este año, de mano de Sarah Jessica Parker, con quien ha contado la firma italiana para el relanzamiento de este hit de estilo. Por no hablar del codiciado modelo 2.55 de Chanel, que Karl Lagerfeld reinterpretó en multitud de ocasiones. Sin embargo, junto a las propuestas que podrían protagonizar el "regreso del it bag", como ha descrito Business of Fashion recientemente, llama la atención el éxito de un bolso con aspecto clásico y vocación de básico, silueta rectangular (o cuadrangular) y ausencia de grandes detalles. Una creación que encajaría a la perfección en un look de trabajo y que ha unido a italianas, nórdicas y francesas. 

Estos diseños rígidos guardan varias características en común: su forma geométrica (cuadrangular o rectangular), la simpleza de sus líneas y la ausencia de estampados o detalles ornamentales. De mayor o menor tamaño, resultan prácticos y cómodos de llevar y tomando como referencia un ejemplo visual podríamos decir que se asemeja a los clásicos maletines que forman parte del estilismo de trabajo de muchos hombres. No obstante, no guardan una estética masculina y, aunque hay algunas propuestas de tamaño considerable, por lo general son de proporciones reducidas. Uno de los modelos que más se puede ver en el Street Style es el bolso acolchado de Chanel, un diseño tipo shopper que cuenta con un asa corta, igual que un maletín, y una silueta cuadrangular y sobria. 

En la Semana de la Moda de Copenhague, donde se adelantan muchas de las tendencias que más tarde se pueden encontrar en los looks de calle de las invitadas a los desfiles de Nueva York, París o Milán, este bolso maletín se dejó ver en su forma más clásica con diseños vintage lucidos por prescriptoras de estilo como la danesa Trine Kjær. Este tipo de diseños funcionales son una opción a tener en cuenta a la hora de completar un estilismo de trabajo tanto con un dress code flexible e informal como uno con un código de vestuario más exigente. Los diseños más sencillos y sobrios convencerán a las amantes del estilo clásico mientras que quien busque algún diseño más informal y juvenil, las alternativas abanderadas por las nórdicas - más proclives a experimentar con la moda y las tendencias- se adaptarán mejor a sus necesidades.

En Milán, entre las estilistas, editoras y prescriptoras que no se quisieron perder los desfiles, esta tendencia también se dejó ver en los estilismos de calle de muchas de ellas, que culminaron sus conjuntos con bolsos maletín. Sobre la pasarela, esta tendencia es una constante en las colecciones masculinas, sin embargo este año algunas firmas como Marni, Versace, Etro o Jil Sander han apostado por estas propuestas en sus líneas para mujer, en el caso de esta última marca con diseños minimalistas de exterior rígido y lacado. Firmas asequibles como Zara, han incorporado en sus nuevas colecciones bolsos de silueta geométrica y rígida con asa corta que prometen que la tendencia se va a prolongar más allá de la primavera. 

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