Ha llegado el día: las princesas Disney ahora llevan 'leggings'

El estreno de la película 'Ralph Rompe Internet' ha puesto de manifiesto el nuevo rumbo que podrían tomar definitivamente los personajes femeninos de la factoría

Por Elena M.Medina

Blancanieves fue estrenada en 1937, La Cenicienta en 1950, La Bella Durmiente en 1959... y todas ellas son películas que forman parte de la historia del cine pero cuyas protagonistas fueron creadas en un contexto que poco tiene que ver con el de hoy en día. Avanzando unos años encontramos títulos como La Sirenita (1990), Pocahontas (1995), Aladdin (1992) o Mulán (1998), donde los diálogos masculinos ocupan el 60% del largometraje, según un estudio conducido por las doctoras expertas en Lingüística Carmen Fought y Karen Eisenhauer. Si durante estas décadas no se han producido cambios sustanciales en las influyentes princesas Disney, parece que en los últimos años la factoría ha tomado en serio las críticas crecientes que recibían este tipo de personajes para por fin dar carpetazo a los estereotipos de género que muchas veces se reflejan en sus films. Y una de las escenas de la película Ralph Rompe Internet (que llega a los cines el 5 de diciembre) es el reflejo de que un cambio de rumbo podría estar tomando forma definitivamente en la manera de presentar a estas heroínas infantiles. Las princesas ya no llevan corsé por obligación, ahora visten como ellas quieren, y es con mallas, camisetas y zapatillas

La escena en cuestión -que aparece en el tráiler de la película- dura apenas unos minutos pero está siendo uno de los aspectos más comentados del largometraje, dirigido por Rich Moore y Phil Johnston y que llega casi seis años después de la primera parte, ¡Rompe Ralph!. En un momento dado, Vanellope, co-protagonista de la historia, llega de repente a la habitación de las princesas Disney, donde Blancanieves, Bella, Jasmín, Rapunzel, Ariel y todos los nombres icónicos de la factoría están pasando el rato. A su llegada, Vanellope les explica que ella también es una princesa, iniciándose en este momento un irónico diálogo a varias bandas en el que le formulan preguntas para saber qué tipo de princesa es: "¿Tienes pelo mágico?" "¿Tienes manos mágicas?" "¿Los animales te hablan?" "¿Has sido envenenada, maldecida, secuestrada o esclavizada?". Vanellope se pregunta si debería llamar a la policía pero en ese instante contesta a la pregunta clave que la identifica como una princesa Disney de manual: "¿Todo el mundo da por hecho que tus problemas se solucionan cuando aparece un hombre grande y fuerte?" ¡Sí! Ante esta respuesta, todas coinciden: "¡Es una princesa!". Una autocrítica necesaria que podría confirmar el cambio de rumbo que ha tomado la compañía a la hora de apostar por otro tipo de protagonistas femeninas. Princesas con una ambición y mentalidad adecuada a los tiempos que corren, y en consonancia con el movimiento feminista que ha tomado fuerza en los últimos años, gracias precisamente a un movimiento que se gestó en el ámbito del cine.

De hecho, en los últimos años, personajes como Tiana (Tiana y el sapo), Anna (Frozen) o Mérida (Brave) han reflejado cambios sustanciales en su comportamiento: toman sus propias decisiones, no tienen como último y único objetivo enamorarse o casarse, expresan sus opiniones y tienen un aspecto físico que, aunque sigue siendo prototípico, cada vez muestra mayor variedad. Las princesas Disney pueden vestir con zapatos de cristal o zapatillas Converse pero lo importante es que el hechizo que ejercen sobre los más pequeños sea saludable. 

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