
Combinar prendas de estilos contrapuestos, tejidos gruesos contra materiales ligeros o diseños estivales junto con piezas propias del invierno se ha convertido en una tendencia en sí misma. Una moda que encierra una gran ventaja: nos permite reciclar la ropa más allá de las estaciones. Es decir, que ya no se limita el slip dress a los días de verano, sino que se luce en pleno otoño sobre un jersey de punto o una sudadera que lo transforma en una falda midi. Junto a estas prendas atemporales, encontramos modelos idóneos para presumir de piernas cuando los termómetros no están de nuestra parte, clásicos de siempre y novedades aprobadas por las que más saben de moda que se merecen un sitio en tu vestidor. Para lucir los vestidos del invierno sin miedo a caer en tópicos de estilo, prueba a llevarlos de alguna de estas maneras y parecerá que estrenas look en cada ocasión.

Corto de día...
Una de las dificultades añadidas que encontramos al lucir vestidos en invierno tiene que ver con el tipo de abrigo al que recurrir para completar el estilismo. En el caso de escoger un vestido corto, lo más favorecedor es hacernos con una chaqueta o pieza de exterior más larga o, si buscamos un aire más informal, sucumbir a una cazadora tipo perfecto. La parisina Adenorah se decanta por la sencillez con un look formado por dos piezas únicas: el little black dress y las botas altas del mismo tono, que completa con un abrigo tres cuartos de cuadros.

... y de noche
Encontrar un abrigo de noche que no resulte demasiado sobrio y formal puede ser una tarea complicada. Si te gustan los mini vestidos negros pero al mismo tiempo te apetece darle un toque divertido a tu estilismo festivo, prueba a completarlo con diseños atípicos como un abrigo de vinilo rojo brillante o un modelo teddy en color frambuesa similar al que lleva Aimee Song.

Abrigo comodín
Si te gusta arriesgar a la hora de vestir mezclando estampados, colores contrapuestos o sucumbiendo a las tendencias menos convencionales, lo mejor para evitar un look demasiado extravagante es equilibrar tu conjunto con las prendas adecuadas. En el caso de la británica Alexa Chung, el vestido con detalle de plumas en cuello y bajo, encaja a la perfección con un básico clave en cualquier armario de otoño: el abrigo camel. Los mocasines y los calcetines en negro, son el contrapunto formal de un estilismo diferente.

Monocolor
Frente a los conjuntos policromáticos que tanto gustan a las escandinavas, la instagramer Thora Valdimars apuesta por un total look en color rojo, demostrando que en los meses de frío hay vida más allá de los tonos neutros y apagados. Con cuello ligeramente elevado y manga larga, esta opción es unas de las más fáciles de llevar ya que tiene el largo perfecto para combinarse con unas botas altas, zapato que te permitirá prescindir de las medias en los días de temperaturas más suaves.

Dúo de color para morenas
Llevar una blazer bajo el abrigo es una opción de estilo (muy) tenida en cuenta en los países más fríos, pero para las ciudades donde el sol también se deje ver en invierno, no está de más contar con una chaqueta de entretiempo con la que adaptarte al clima. Una pieza más gruesa que la clásica cazadora denim pero más ligera que los abrigos teddy o de lana, similar a la que Sincerly Jules luce en esta imagen. Un consejo, hazte con un diseño de una tonalidad neutra y fácil de combinar teniendo en cuenta las prendas que dominan tu armario. Por ejemplo, si tus vestidos preferidos son de colores pastel, opta por un modelo en camel o marrón chocolate, una alternativa que sentará especialmente bien a chicas con cabello castaño y piel morena.

Clásico de noche
Por muchas alternativas al little black dress que se nos presenten cada temporada, algunas prescriptoras de estilo se mantienen fieles al diseño más sencillo. Una de las formas de darle un nuevo aire a estos looks de noche es jugando con los complementos o, más fácil todavía, con las medias. En lugar de optar por un modelo liso, prueba con propuestas de fantasía, con detalles de rejilla, toques glitter o dibujos geométricos que, en algunos casos, incluso te ayudarán a estilizar tus piernas.

Con pantalón
Si viviste tu adolescencia a comienzos de los años 2000 es posible que te atrevieras con una moda muy extendida en aquel entonces y que consistía en llevar pantalones debajo de la falda. Teniendo en cuenta que la estética de esa década vuelve a estar presente en muchas colecciones de la actualidad, no sorprende que influencers de la talla de Caroline Daur hayan dado una oportunidad a este tipo de combinaciones. Para llevar un vestido de tul semitransparente en pleno otoño, nada mejor que añadir unos pantalones negros pitillo debajo. Una opción arriesgada pero muy efectiva para reciclar tus compras primaverales.

Complementos coordinados
A mitad de camino entre los estilismos monocolor y los conjuntos que mezclan tonalidades y estampados en una misma prenda, encontramos este conjunto de Leonie Hanne. En él los complementos están en perfecta sintonía con el vestido, pieza central del look. Los lunares, de la misma tonalidad que la boina y los botines, funcionan como un accesorio más y confirman el poder de este estampado más allá de los looks de invitada.