Hay una razón por la que las nórdicas han cambiado la forma de llevar el bolso

Cada mujer tiene de media 7 bolsos en su armario, una cifra que no es demasiado elevada si se tiene en cuenta que se ha convertido en uno de esos accesorios capaces de modificar por completo nuestro look. Además, según la psicología de la moda, un bolso puede decir mucho de la personalidad de su dueña. Dependiendo de cómo lo lleves, su tamaño e incluso los materiales en los que esté fabricado, puedes hacer ver que eres una mujer clásica o que prefieres ir cómoda. Ya te contamos que en el último año los bolsos se llevaban en bandolera o se elegían en su versión riñonera, convirtiéndose en un símbolo de lo ocupada que estabas. Ahora el street style muestra la nueva forma de llevar los bolsos que triunfa entre las nórdicas y apunta a que deberías tomarte la vida con algo más de calma.

Los bolsos se llevan bajo el brazo, sujetos ligeramente con la mano y aunque conviven con otros diseños de tamaño mini, cada vez son más grandes para que puedas introducir en ellos prácticamente de todo, desde lo imprescindible para una jornada laboral hasta los básicos para una escapada de fin de semana. Además, aunque pueda parecer que carece de importancia, lucir el bolso de ese modo, ocupando las manos, indica también que dispones de más tiempo o que, al menos, has decidido tomarte la vida con más calma.

El tercer punto importante de esta forma de lucir el bolso está en pegarlo al cuerpo y cuidarlo pasándole el brazo por encima. Si llevar el bolso en bandolera, según nos explicaba Carolyn Mair quería decir que te protegías en cierto modo de los demás, en este caso lo que proteges es el accesorio y todo lo que llevas en su interior. Es decir, estás protegiendo tu intimidad y guardando ciertos rasgos de tu manera de ser.

El street style ha hablado, pero los diseñadores también han mostrado que esta forma de lucir el bolso es digan de subirse a la pasarela. Eso hemos visto en desfiles como los de Tibi, Tory Burch o Rejina Pyo que dieron indicaciones claras a sus modelos para que desfilaran sosteniendo los accesorios de ese modo, y abriendo un pequeño debate sobre si siempre es la calle la que adapta la pasarela o si, a veces, sucede al contrario.