"Ese año fue una época deprimente en mi vida: vivía en Los Ángeles, estaba en una relación que no funcionaba, me sentía muy sola y profesionalmente enjaulada, mientras otras personas tomaban la mayoría de decisiones por mí", ha admitido en su última publicación. "La Gala MET seguía siendo increíble, pero recordando aquel año solo puedo pensar: 'buen trabajo, Chiara, por salir de esa época de tu vida creando tus propias reglas, convirtiéndote en tu jefa, tomando tus propias decisiones y creando la familia con la que siempre has soñado", ha confesado. "Si la Chiara del 2015 puediera ver a la del 2022, creo que lloraría de felicidad. Y eso es lo que esta gala significa para mí ahora: ir de la mano con mi marido, feliz y orgullosa. Todos merecemos sentirnos así"