El parecido que nadie esperaba: ¿Victoria Beckham y Harry Potter?

Acaba de estrenarse como vloguera de belleza gracias a su canal de YouTube; una faceta con la que Victoria Beckham demuestra sentirse muy cómoda y que se suma a su ya larga lista de éxitos profesionales: miembro de una de las girl bands más importantes de los 90, diseñadora de cabecera de la London Fashion Week, icono de estilo para millones de mujeres en todo el mundo... Sin embargo, parece que su nuevo estatus de experta beauty no ha evitado que esta semana la creadora británica haya tenido un pequeño percance estético mientras pasaba unos días en la nieve junto a sus hijos. ¿Resultado? Una llamativa cicatriz en la frente, justo encima de la ceja, al más puro estilo Harry Potter. 

De viaje en Los Ángeles, donde su marido David Beckham ha sido homenajeado por su dedicación al mundo del deporte y el ejemplo que ha trasmitido a los más jóvenes en sus años como delantero, Victoria Beckham ha aprovechado para visitar a una de las expertas en belleza facial más importantes del mundo: Melanie Grant. La gurú australiana cuenta desde hace varios años con numerosas celebrities en su lista de clientas fijas (Georgia Fowler, Phoebe Tonkin o Camille Rowe), pero la creadora británica es una de las más fieles. Tanto que ha aprovechado su viaje exprés a la Costa Oeste para conocer su nuevo centro en Melrose Place, uno de los barrios más chics de la ciudad. Mientras se sometía a uno de sus tratamientos, Victoria ha compartido varios Instagram Stories en los que, además de mostrar las estancias del centro, ha mostrado los productos que se ha llevado a casa. Un momento beauty que nos ha permitido descubrir también un inesperado detalle en su rostro.

"Diversión en las pistas (pero no ideal)", ha escrito la diseñadora junto a una imagen en la que se puede apreciar un primer plano de su frente y donde destaca una cicatriz de varios centímetros, justo encima de la ceja. Una herida que se hizo mientras pasaba unos días en la nieve con su familia y que recuerda al rayo que J. K Rowling situó en el rostro de Harry Potter, tras su primer encuentro con Lord Voldemort. Una herida que seguro, la creadora no tarde en hacer desaparecer de su rostro, como por arte de magia, gracias a cremas, peelings y bases de maquillaje.