Sasha Lane: de camarera en un restaurante mexicano, a mejor amiga de Chloë Moretz

La nueva promesa del cine independiente y la novia de Brooklyn Beckham derrochan amor en el 'front row' de Milán

Por Elena R. Ballano

Con motivo de Milan Fashion Week, Chloë Moretz acudió a la presentación de la nueva colección fall/winter 2018 de Fendi; una cita en la que coincidió con personalidades del sector de la moda como Olivia Palermo, Anna Dello Russo, Giovanna Battaglia, Helena Bordon o Caroline Daur. Pese a la lista de asistentes VIP, hubo un nombre en el front row que hizo especial ilusión a la novia de Brooklyn Beckham, tanto que no pudo evitar sentarse a su lado. 

No es uno de los nombres más habituales en las Fashion Weeks, aun así Chloë Mortz ha viajado hasta Milán para acudir al desfile de Fendi. Tras la presentación de los nuevos diseños otoño/invierno 2018 de la casa italiana, la novia de Brooklyn Beckham agradeció a través de Instagram la invitación: "Muchas gracias @fendi @fisforfendi por invitarnos a @trevordukemoretz y a mí a Milán con motivo de este maravilloso show. Tuve que sentarme al lado de mi adorada hada madrina @sashablane".

Desde que rodaran juntas The Miseducation of Cameron Post, de Desiree Akhavan, Chloë Moretz y Sasha Lane se han vuelto inseparables. Las hemos visto juntas en el Festival de Sundance, de promoción por las televisiones americanas o en la alfombra roja de los CFDA Fashion Awards. En esta ocasión, las dos amigas se reencontraron en una de las citas más importantes para los amantes de la moda italiana. Junto a uno de los protagonistas de Por trece razones (Netflix), las amigas lucieron dos estilismos con el icónico monograma creado hace más de medio siglo por Karl Lagerfeld.

La musa del cine independiente

Antes de dar el salto al mundo del cine, Sasha Lane trabajaba como camarera en un restaurante mexicano en Texas. Nunca había pensado en convertirse en actriz, hasta que vio en el periódico un anuncio en el que buscaban "gente valiente, dispuestas a vivir una aventura", y para el que no se necesitaba experiencia en el sector. Gracias a su estilo desenfado sedujo a Andrea Arnold, directora de American Honey y rápidamente dejó a un lado su trabajo de camarera y lo estudios de Psicología. Se unió al casting y a partir de ahí se convirtió en la nueva promesa del cine independiente estadounidense.

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