Todo sobre el 'microshading', el tratamiento de belleza más buscado por las españolas

Si están bien diseñadas, tienen el poder de darle fuerza a la mirada, aportar armonía a todo el rostro e incluso conseguir un favorecedor ‘efecto lifting’. Desde que Cara Delevingne se convirtiera en la reina de las pasarelas allá por 2011, el protagonismo de las cejas ha ido in crescendo hasta hoy, que se llevan tupidas y personalizadas para revelar lo mejor de las facciones de cada una. Por ejemplo, para aquellas que no han nacido bendecidas con unas cejas naturalmente muy pobladas, surgen técnicas con las que conseguirlo tan efectivas que sus resultados pueden durar hasta nueve meses. Como el microshading, una combinación de microblading y shading que pone al alcance de todas unas cejas de aspecto perfecto y que, este año, es el tratamiento de belleza más buscado en Google por las españolas.

Un estudio llevado a cabo por Fragance Direct así lo revela: en lo que vamos de año, casi 100.000 españolas han preguntado al buscador sobre el microshading, el tratamiento que combina los beneficios de dos técnicas profesionales que imitan el aspecto de unas cejas naturalmente tupidas. Por un lado, el microblading consigue un resultado semipermanente (más o menos un año) al rellenar las zonas despobladas dibujando vellos con la ayuda de una pluma metálica y pigmentos inorgánicos. El profesional que practica el tratamiento ‘tatúa’ cada línea hasta conseguir la forma y densidad deseadas a una profundidad inferior a la de un tatuaje tradicional, razón por la que dura menos.

Muchas celebrities como Jennifer Lopez admiten que el microblading es el secreto que esconden sus cejas perfectas, y otras como Paula Echevarría hablan maravillas del shading, otra técnica con la que se aporta densidad a este rasgo al rellenarlo con una sombra degradada en tonos personalizados para cada caso, con lo que se consigue más profundidad y definición en la mirada.

Cuando ambas se combinan, surge el microshading, una técnica con la que se dibuja pelo a pelo las cejas para parecerse a los vellos reales y también se rellena la superficie restante con un efecto sombreado. Aunque tras el tratamiento pueden enrojecerse algunas zonas e incluso aparecer pequeñas heridas o costras, después de cuatro semanas la piel se regenera por completo y el pigmento reduce su intensidad para adoptar un color más natural. El proceso no es doloroso y se puede regresar a la rutina inmediatamente, razones que sin duda han popularizado este tratamiento de belleza entre las españolas.