La ciencia explica por qué hacer dieta con tu amiga puede ser una mala idea

Según un estudio, comenzar un plan de adelgazamiento a la vez podría tener consecuencias negativas para ambas

Por Mariana Chacón

Comer más sano y llevar un estilo de vida saludable es un reto a superar que comparten millones de chicas y es que, como afirma el dicho, "los abdominales se hacen en la cocina". Para conseguir las medidas que siempre has querido debes conocer los típicos errores que se cometen al preparar ensaladas, el truco para ir de aftework sin estropear tu dieta o la sustancia que debes buscar en los alimentos para saciarte antes. Si planeas comenzar a poner estas enseñanzas en práctica y alcanzar tu peso ideal, a priori puede parecer una buena idea convencer a una amiga para que hacerlo juntas. Sin embargo, un estudio publicado en el Journal of Health Psychology sugiere todo lo contrario: empezar un régimen con una amiga puede generarte estrés.

Este estudio se llevó a cabo con tres grupos de participantes: en el primero, amigas que empezaban una dieta juntas; en el segundo, amigas entre las que tan solo una de ellas estaba a régimen; y, en el último, ninguna de las dos seguía un plan de ningún tipo. Aunque al final fueron las del primer grupo quienes consiguieron perder más peso, la bajada no fue demasiado significativa, mientras que lo que sí descubrieron fue que habían desarrollado problemas de ansiedad, estrés y depresión.

Los investigadores creen que una posible explicación a esos resultados es que mientras ambas estaban a dieta, se produjo un problema de co-rumiación, es decir, hablar todo el tiempo sobre alimentación, calorías y temas relacionados con el régimen. Y esto aumenta los niveles de estrés. Si de todas formas piensas que empezar a comer mejor con una amiga es lo tuyo, intenta buscar a alguien que conozca tus debilidades, pero que no te presione cuando no hayas seguido el plan a la perfección, ya que este conflicto suele acabar con el abandono del plan para perder peso.

Para conseguir completar un plan de puesta en forma con tu amiga, una buena idea podría ser escribir una lista de las debilidades sobre las que esperáis que la otra esté ahí para dar un empujoncito: pereza a la hora de ir al gimnasio, poco control en el picoteo entre horas, incapacidad para decir que no a una cerveza después del trabajo… En esos momentos siempre tendrás a alguien que te ayude a no caer en la tentación. Y, por supuesto, no hablar constantemente de la diet;, de hecho, desde el estudio recomiendan no dedicarle más de 15 minutos al día a ese tipo de conversaciones para tener éxito en tu nuevo estilo de vida.

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