¿Te cuesta perder peso? El error podría estar en tus ensaladas

Atenta porque tan importante es el tipo de lechuga como los ingredientes que eliges

Por Mariana Chacón

Pensar en ensalada es sentir que, por lo general, te estás cuidando. Es la mejor guarnición y el plato principal cuando se quire perder peso o aliviar la sensación de hinchazón después de algún exceso. Sin embargo, no es raro que después de unos días comiendo y cenando lechuga iceberg, los números sigan sin moverse en la báscula. Seguro que te ha pasado. Pero si te sientes identificada, antes de demonizar a las ensaladas y apartarlas de tu dieta para siempre, hay varios puntos que tendrías que tener en cuenta. Te contamos cuáles son los 5 errores frecuentes que multiplican sus calorías y los ingredientes que -aunque saludables en cantidades controladas- podrían ser los culpables de que tu plato healthy tenga efecto rebote.

1. No elegir la lechuga adecuada 

Aunque ningún tipo de lechuga aporta muchas calorías, algunas son mejor opción que otras a la hora de preparar tu ensalada. Por ejemplo, la lechuga iceberg es rica en sodio, un detalle que si bien no va a afectar directamente a la subida de peso, sí es un mineral que estimula el apetito y favorece la retención de líquidos. Como alternativa, la romana o las espinacas tienen muchos beneficios nutricionales y los canónigos, el tipo que más hierro tiene.

2. No controlar la cantidad de aceite que sirves

Sí, el aceite de oliva es uno de los pilares de la dieta mediterránea además de un líquido que aporta muchos beneficios al organismo. Sin embargo, tan solo pasándote con el aceite puedes estar sumándole 300 calorías a tu ensalada. Un truco que no falla para controlar la cantidad que viertes es utilizar un vaporizador a la hora de aliñar el plato, de esta forma conseguirás llegar sin problemas a todos los ingredientes.

3. Abusar de los frutos secos

Que un ingrediente sea saludable no significa que se pueda comer sin restricciones. Este es el caso de los frutos secos. Muchas modelos como Karlie Kloss confían en ellos para apagar el apetito entre horas, pero no se deben sobrepasar las 7 u ocho unidades al día a riesgo de disparar tu consumo de calorías.

4. Añadir verduras crudas

Son muy sanas, aportan vitaminas y fibras y en ningún caso deben eliminarse de la dieta, sin embargo, las verduras crudas podrían ser las culpables de que después de tomar una ensalada te sientas hinchada. Para controlar la hichazón abdominal, reducir la cantidad que añades u optar por cocinarlas son dos opciones con las que seguir disfrutando de su sabor.

5. No disminuir la porción de carbohidratos

Aunque se pueden tomar de ensaladas de arroz o pasta sin problemas, la cantidad debe ser limitada y debes evitar los que están hechos de harinas refinadas a favor de los integrales o la quinoa. Además, los famosos croutons o acompañar el plato con pan es otro error que dispara el aporte calórico de la receta por antonomasia de las dietas saludables.

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