Cómo restar 300 calorías a cada comida sin cambiar nada de tu alimentación

Con tres sencillos gestos podrías reducir el aporte calórico manteniendo tu dieta habitual

Por Mariana Chacón

Según la ciencia, un alimento no engorda lo mismo si lo tomas de una forma o de otra. Es decir, la velocidad a la que tragas un bocado o el lugar en el que te sientas a comer tienen un impacto directo en el número de calorías que ingieres todos los días. Estos tres cambios sencillos pueden sumarse a otros hábitos fáciles que ya hemos explicado - como el consejo de Karlie Kloss de llevar tus propios snacks saludables en el bolso para no asaltar la máquina expendedora o pedir que te traigan el aliño aparte cuando pidas ensalada en un restaurante - y tienen el poder de restar hasta 300 calorías a cada plato para así elevar la efectividad de tu dieta. ¿Lo mejor? La facilidad con la que podrás introducirlos en tu día a día.

1. Poner los cubiertos en la mesa cuando no estés comiendo
La universidad japonesa de Kyushu demostró a través de una investigación que las personas que comen más despacio tienen un 42% menos de posibilidades de sufrir obesidad. Y es que, el cerebro tarda unos 20 minutos en percibir que el estómago está lleno por lo que ralentizar la velocidad a la que se ingiere cada alimento se traduce en sentir que ya no necesitas comer más con menos calorías. Un truco con el que acostumbrarte a este nuevo ritmo es poniendo los cubiertos en la mesa mientras masticas, de esta forma serás más consciente de lo que comes en ese momento y no estarás pensando en el próximo bocado.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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2. Comer sentada en una mesa
Y no delante de la televisión o del ordenador y, por supuesto, tampoco mientras te mueves de un sitio para otro. La razón es que cuando no te concentras en lo que estás comiendo tiendes a aumentar en 290 el número de calorías en cada comida. Por eso, sentarte en una mesa – si puede ser con otras personas – y disfrutar del plato sin distraerte con otras actividades conseguirá que te llenes más con menos de forma inconsciente.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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3. Vaporizar el aceite en tus ensaladas
Es un gesto muy sencillo que como sus antecesores marcará la diferencia en tu dieta. Aunque son de sobra conocidos los beneficios que el aceite de oliva tiene en la salud, también es famosa su capacidad para aumentar el aporte calórico de un plato. Cuando aliñas tu ensalada directamente desde la botella es difícil controlar la cantidad que viertes y así puedes acabar sumando unas 300 calorías más a tu comida “ligera”. Sin embargo, si lo metes dentro de un spray y lo pulverizas, seguro que no te pasas de la cucharada diaria recomendada.

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