Repetir esta frase te ayudará a perder peso cuando comas en un restaurante

Existe una forma muy fácil de reducir las calorías de tu plato y, además, ganar en salud

Por Mariana Chacón

Llevamos tiempo escuchándolo, los alimentos procesados son malos para la salud. Son varios los estudios que así lo han probado, relacionando este tipo de comida con distintas enfermedades. Uno de los últimos, divulgado en Washington, ha llegado a una conclusión que podría afectarte si estás tratando de perder peso: pueden provocar obesidad. Aunque trates de evitarlos pidiendo verduras o ensaladas cada vez que comes en un restaurantes, es muy posible que haya unos procesados que sí se estén colando en tu dieta. Hablamos de las salsas, unos aderezos que suelen están altamente procesados, además de contener elevados niveles de azúcar, sal y grasas perjudiciales. Aumentan el número de calorías de tu plato exponencialmente, sin ningún beneficio adicional más allá del sabor. Por lo tanto, si estás tratando de adelgazar o de seguir una dieta saludable, hay una frase que deberías pronunciar cada vez que un camarero te tome la orden: "¿Podría traer la salsa aparte, por favor?"

Una ensalada César puede alcanzar las 800 calorías, y una ensalada al estilo griego, 600 debido al aliño y al queso feta. Así que, realmente más vale abandonarse al placer de una hamburguesa si el aporte calórico va a ser el mismo. Y es que, muchas veces los platos en apariencia más saludables multiplican su aporte calórico tan solo por las salsas que se utilizan para aderezarlo. Por ello, pedir amablemente al camarero que sirva las salsas en un recipiente separado permite controlar la cantidad de aliño que viertes, además de darte la opción de sustituirla por una vinagreta más sana de aceite de oliva y vinagre.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Por lo tanto, para mantener o perder peso dosificar los aderezos es una buena opción, ya que también aumentan el riesgo de que acumules grasa en la zona abdominal. Algunas alternativas con las que añadir sabor a las ensaladas sin caer en la trampa de los alimentos procesados son, por ejemplo, el combo infalible de aceite y vinagre, controlando la cantidad del primero que, según los dietistas, debería limitarse a dos o tres cucharadas soperas por día. Para terminar, las especias también potencian el sabor de las ensaladas; un toque de pimienta negra, de comino o incluso de cúrcuma puede ser lo único que necesitaba tu elección healthy para resultar mucho más apetecible.

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