El truco de las italianas para comer pasta sin engordar no es hacer deporte...

Sino cocinar igual que lo hacían sus abuelas

Por Amaia León

Vivir en Italia multiplica las posibilidades de, por un lado, comer mucha pasta y, por otro, pisar muy poco el gimnasio: solo el 7% de sus habitantes hace ejercicio de forma regular y un tercio nunca practico ningún tipo de deporte, según datos de la Unión Europea. Esta combinación que, en otras circunstancias, resultaría bastante peligrosa sobre la báscula, parece no afectar a las italianas. Solo hace falta echar un vistazo a los perfiles de Instagram de las influencers de ese país, de Chiara Ferragni a Patricia Manfield, para comprobar que, efectivamente, toman spaghetti habitualmente, pero su línea parece no pasarles factura. ¿Su secreto? Uno tan sencillo como seguir la tradición y preparar la pasta según marca la receta de sus nonnas: cocinada al dente.

 

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La receta tradicional que recomiendan los dietistas

Cocer al dente significa cocinar la comida -ya sea pasta, verdura o cualquier otro plato- hasta que queda suficientemente cocida, pero ligeramente dura. Esta forma de preparar la pasta consigue que el índice glucémico de sus carbohidratos se mantenga más bajo que si estuviera muy cocida y más blanda, una característica que beneficia tanto a la salud en general como a la línea. El índice glucémico es la rapidez con la que un alimento con hidratos de carbono eleva el nivel de azúcar en la sangre y, además de depender de su composición, puede variar según la forma en que se cocina.

Los platos con un índice glucémico muy alto provocan un pico de azúcar en la sangre que lleva al páncreas a segregar una hormona llamada insulina. Un exceso de esta hormona puede hacer que el organismo almacene grasa, según han explicado muchos estudios que relacionan una dieta rica en hidratos de alto índice glucémico con la obesidad. Además, tras el pico de azúcar en sangre, puede producirse un descenso rebote que provoca un antojo por los alimentos dulces como el chocolate.

 

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Por el contrario, si un alimento tiene un índice glucémico bajo, los niveles de azúcar y de insulina se mantendrán estables. Esto no solo evita ese almacenamiento de grasa que indican los expertos, sino que también ayuda a que la energía del organismo y el hambre estén equilibrados, reduciendo los antojos en las horas posteriores. Esta explicación sostiene algunas de las dietas de adelgazamiento más novedosas basadas en la carga glucémica. Aplicada al caso de la pasta, justifica que un plato hecho al dente sea mejor para mantener el peso, tanto en el momento de tomarlo (el cuerpo libera menos insulina) como después (te mantendrá saciada durante más tiempo).

 

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Cómo comer pasta igual que una italiana

Cocinar al dente es tan sencillo como cocer los spaghetti, los macarrones, los fusilli o la cualquier pasta uno o dos minutos menos del tiempo que indica en su envase. Hay que estar pendiente mientras se hace para que evitar que se cocine demasiado, pero también para encontrar el punto en el que ya no está dura y puede masticarse con normalidad.

 

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Junto al índice glucémico, otro factor muy relevante cuando queremos comer pasta y mantener la línea es la salsa o el aliño con el que se acompaña, responsable a menudo de que las calorías totales del plato se disparen. La vinagreta clásica con aceite de oliva o su versión con limón -que en Estados Unidos llaman 'aliño italiano'-, así como el pesto casero o la salsa de tomate natural son algunas opciones saludables para comer pasta (al dente) igual que lo hacen las italianas: sin engordar. 

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