Cuando se acerca la noche del 31 de diciembre, siempre hago un balance del año: cómo me ha ido en lo profesional y en lo personal, qué me ha hecho feliz, qué quiero cambiar... No me gusta fijarme propósitos con la presión correspondiente que conlleva cumplirlos, aunque sí suelo ponerme un poco mística y crear mi vision board para inspirarme.
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Y en este collage visual de imágenes con el que manifiesto algunos objetivos de cara al 2026, se encuentra el de prestar más atención a las prendas que pasan por mi armario (sí, soy consciente de lo paradójico que resulta dedicándome precisamente a la moda). Como decía la estilista Tania Encinar: "La única y verdadera regla debería ser: vístete con lo que te haga sentir bien contigo misma". Y este año yo he cometido algunos errores de estilo que o bien se han traducido en looks aburridos o en combinaciones que no me representaban. Te comparto cuáles han sido para que tú no los repitas y cómo pienso ponerles remedio.
Si tuviese que emplear una de las siluetas clásicas con las que la moda a menudo ha calificado los cuerpos femeninos, podría decir que el mío encaja en uno con forma de pera. En estos casos se suele recomendar apostar por pantalones oscuros, de corte recto o ligeramente acampanado, para 'disimular' las caderas y dar protagonismo a la parte superior con tops o camisas más llamativas. Pero este 2025 he aprendido que vestir según mi tipo de cuerpo no siempre funciona, de hecho es algo casi obsoleto.
"Estas categorías intentan encajar la diversidad humana en moldes rígidos que no reflejan la complejidad y singularidad de cada cuerpo", aseguran Carlota e Iciar, fundadoras de la plataforma de estilismo y asesoramiento online, Perticas. "El estilo no es encajar en moldes, sino reflejar tu personalidad y seguridad".
No hay duda de que colores como el negro, blanco, gris o beige son el pilar de la estética del lujo silencioso. Y sí, funcionan muy bien si te gusta el minimalismo elegante como a mí, pero muchas mañanas me he vestido en automático, a veces sin emoción ni ganas. Creaba looks que simplemente eran correctos y funcionales, pero que en ocasiones podían resultar aburridos. Además, lo hacía sin tener en cuenta mi propia colorimetría: resulta que soy otoño profundo y que también me favorecen otros colores como el marrón chocolate, el teja, el burdeos, mostaza o el azul marino. En 2026 quiero tener esto muy en cuenta en mi armario, introduciendo prendas nuevas en estos tonos.
Siendo una persona que adora vestir con básicos en colores neutros de lunes a viernes para ir a trabajar, me he dado cuenta de que me faltan accesorios que aporten un toque especial a mis conjuntos. He centrado mucha atención (y el dinero) en la ropa, pero poca en lo que realmente puede transformar un look: un buen cinturón, unos pendientes tipo chunky earrings, un pañuelo estampado o unas bailarinas con detalles como tachuelas, ya forman parte de mi lista de deseos para el próximo año.
Haciendo el cambio de armario tras el verano, me di cuenta de la cantidad absurda de vaqueros (15), camisetas blancas de manga corta (7) y americanas negras (5) que tengo. No es un armario cápsula: es una acumulación sin conciencia. Este 2025 he entendido que el problema no era no tener qué ponerme, sino no saber exactamente qué tenía. Compraba básicos por inercia, por seguridad, por esa idea de que nunca sobran. El próximo año quiero priorizar en básicos de calidad, pero en menor cantidad, siendo muy consciente de lo que ya tengo y qué uso de verdad.
Comprar tendencias sin preguntarme si encajaban conmigo ✗
Como editora de moda, mi trabajo consiste en detectar tendencias antes que nadie… y este 2025 he caído en la trampa de querer probar demasiadas. Algunas me han funcionado, pero otras prendas han acabado olvidadas en el armario más rápido de lo que me gustaría admitir porque no me he sentido cómoda con ellas. Como nos explicaba la estilista Ángela Calderón Morata: "La comodidad se nota en la cara, pero la incomodidad también cuando llevamos un look. Es importante tener en cuenta qué queremos transmitir a la hora de elegir las prendas y accesorios, más allá de las tendencias". En 2026 quiero ser más selectiva: menos impulso y más criterio.