A solo unos días de que Emily in Paris estrene su esperada quinta temporada —el próximo 18 de diciembre—, Lily Collins ha vuelto a demostrar que su estilo personal poco tiene que ver ya con el armario colorista y en ocasiones estrafalario de Emily Cooper. La actriz, que lleva semanas inmersa en una intensa gira promocional, ha cerrado este capítulo previo al estreno con uno de los looks más comentados y atrevidos de toda la promoción. Un vestido largo negro de encaje y transparencias que no solo marca un punto de inflexión en su narrativa de estilo, sino que también remite inevitablemente a uno de los naked dresses más icónicos de los últimos años: el que lució Dakota Johnson en Nueva York el pasado mes de septiembre.
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Lejos de ser una elección casual, este último estilismo parece cuidadosamente pensado para simbolizar una nueva etapa. Lily Collins ya no juega a vestirse como Emily; ahora se mueve en códigos más cercanos a Sylvie Grateau, el personaje que encarna Philippine Leroy-Beaulieu y que se ha convertido, casi sin quererlo, en un auténtico referente de elegancia contemporánea.
Un vestido negro con transparencias
El protagonista absoluto del look es un vestido de Alessandra Rich, una firma que domina como pocas el equilibrio entre sensualidad, sofisticación y cierto aire retro. El diseño, largo y de manga larga, está confeccionado en encaje negro con transparencias. Bajo el vestido, Lily apuesta por un bralette y sobre él, una especie de minifalda o fajín que cubre la zona de las caderas, reforzando ese efecto lencero que define el conjunto.
La silueta es ajustada, elegante y deliberadamente provocadora, sin caer en lo evidente. Un tipo de sensualidad medida, muy en la línea de la actriz, que huye del exceso y apuesta por la insinuación. El estilismo se completa con unos clásicos zapatos de tacón negros de punta fina, una elección minimalista que deja todo el protagonismo al vestido y refuerza esa estética nocturna y sofisticada.
El paralelismo con Dakota Johnson es inevitable. La actriz estadounidense llevó hace unos meses un vestido transparente de Gucci en la gala Caring for Women de la Kering Foundation, consolidando definitivamente la tendencia del naked dress. En el caso de Lily Collins, el guiño es claro, pero adaptado a su propio lenguaje estético: menos explícito y con un punto casi parisino.
'Beauty look': el poder del corte bob italiano
Si el vestido marca el tono del estilismo, el beauty look termina de redondear el mensaje. Lily Collins apuesta por un maquillaje con protagonismo absoluto en la mirada: sombras oscuras bien difuminadas, pestañas definidas y cejas perfectamente enmarcadas que contrastan con una piel de porcelana impecable. Los labios, en tono nude, equilibran el conjunto y evitan cualquier exceso.
En cuanto al pelo, la actriz sigue fiel a su ya característico Italian bob, un corte a la altura del cuello que se ha convertido en una de sus señas de identidad durante el rodaje y la promoción de esta nueva temporada. Con raya desplazada y puntas pulidas hacia dentro, el peinado aporta brillo y un aire clásico que conecta directamente con el glamour cinematográfico italiano, en clara alusión a la nueva localización de la serie.
El nuevo estilo de Emily Cooper
La gira promocional de la quinta temporada de Emily in Paris está siendo, en sí misma, un ejercicio de narrativa de moda. Lily Collins ha ido alternando looks completamente negros —muy alejados del imaginario habitual de la serie— con guiños puntuales al maximalismo que caracteriza a su personaje. Desde el vestido vintage de Fendi con cut-outs geométricos que lució camino de The Tonight Show junto a Victoria Beckham, hasta abrigos de inspiración setentera o accesorios cargados de nostalgia fashion.
En una de sus últimas apariciones, la actriz incluso rindió homenaje a Carrie Bradshaw con un bolso Baguette de Fendi en color morado, el mismo modelo que el icónico personaje de Sexo en Nueva York llevaba en una de las escenas más recordadas de la serie.
El 'naked dress' como tendencia consolidada
El vestido de Alessandra Rich también se inscribe en una tendencia que no deja de ganar fuerza: la del naked dress. Las transparencias, el encaje y los tejidos ligeros han dejado de ser una excepción para convertirse en una constante en alfombras rojas y eventos de alto perfil. En este contexto, Lily Collins se suma a una lista cada vez más larga de actrices que reivindican este tipo de diseños como una forma de empoderamiento y sofisticación contemporánea. Con este último look, la actriz cierra la promoción de Emily in Paris 5.