Cuando hablamos de consejos de estilo, nuestra conversación suele centrarse en qué siluetas favorecen más a nuestra figura, qué volúmenes evitar o potenciar, qué tejidos nos funcionan mejor y qué cortes encajan más con nuestro tipo de cuerpo. Pero existe un factor igual de relevante, y en ocasiones descuidado, que puede transformar por completo cómo nos vemos: el color. Al elegir un color, muchas veces caemos en la inercia, lo hacemos como un gesto casi automático. Y, en ocasiones, llevamos prendas que pueden encajarnos en cuanto a silueta y corte, pero cuyo tono no termina de sentarnos bien o nos apaga el rostro.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Es importante saber que, independientemente de si un color nos gusta más o menos, hay ciertas gamas que encajan mejor con nuestra piel. Para ello, tenemos la colorimetría, una herramienta que manejan las más expertas en moda y estilismo, y que nos ayuda a potenciar nuestra imagen y belleza natural gracias al uso correcto de los colores. En estas líneas, recurrimos a la voz experta de Tania Hortelano, asesora de imagen y colorimetría, y nos da la guía práctica y sencilla para descubrir qué colores nos favorecen de verdad.
La colorimetría: una herramienta que ayuda a potenciar nuestra belleza
Lo primero que hemos de saber cuando hablamos de colorimetría es que su propósito es muy claro: ayudar a utilizar el color de manera adecuada, potenciar la belleza y mejorar nuestra apariencia. La experta busca desmentir uno de los mayores mitos que giran en torno a la colorimetría y es que esta “te limita los colores”. “La realidad es totalmente distinta: todos los colores, exceptuando el negro, tienen su versión fría y cálida, por lo que no perdemos ningún color”, argumenta. Más que reducir la amplia paleta cromática que tenemos, el objetivo es “elegir el matiz que armoniza con tu piel, tonos fríos, si nuestra piel es fría, y cálidos, si nuestra piel es cálida”.
Los colores son capaces de proyectar luz sobre nuestro rostro, suavizar rasgos, iluminar la piel, o, por el contrario, puede apagarnos por completo, quitarnos luz y empeorar nuestras facciones. De ahí la importancia de elegir bien los tonos que llevamos cerca del rostro y en nuestro cuerpo. En este punto, Tania Hortelano es muy clara: “el color universal que nos favorece a todas, es el blanco, color de la belleza y la juventud”. La experta argumenta que el blanco es el color que más ilumina de todos, es “la suma absoluta de todos los colores”, y aporta una frescura y una luminosidad que no puede compararse a ningún otro color, independientemente de su subtono: “no todos los blancos son iguales, existen blancos fríos, cálidos y neutros, pero siempre resulta armonioso, favorece, potencia y embellece”.
En cambio, Tania señala el negro como uno de los colores más complicados de vestir para que resulte favorecedor. Mientras que el blanco aporta luz, el negro actúa como un absorbente de luminosidad, y puede endurecer los rasgos de nuestro rostro. Rompiendo una lanza en favor de las que amamos el negro, la asesora de imagen nos da una clave para vestirlo con éxito: “incorporando elementos que aporten la luz, a través de joyas, maquillaje estratégico, tejidos con brillo, puntos de luz en la ropa, en el cabello…”.
Una guía sencilla, palabra de experta
- El test del oro y la plata: Tania Hortelano comparte con nosotras un pequeño truco casero para descubrir si nuestra piel tiende más a tonalidad fría o cálida. “Con ayuda de un espejo y luz natural, observa cómo reacciona tu rostro: la plata ilumina, aporta claridad, y suele favorecer más a las pieles frías; el oro dora, aporta calidez, favorece más a las pieles cálidas”.
- Recógete el pelo: Es un gesto sencillo, pero tremendamente eficaz para evaluar cómo nos sientan los diferentes colores. Tania se lo recomienda a sus clientas, basándose en su propia experiencia: “Al elegir qué ponerme, lo primero que hacía era peinarme frente al espejo. Si iba bien peinada, sentía que todo me quedaba bien, pero si no, era lo contrario. Cuando eliminamos el efecto visual del cabello, nuestra atención se centra en la piel, y en cómo reacciona nuestro rostro frente a cada color. Nos permite evaluar qué colores nos iluminan, cuáles nos apagan, cuáles realzan nuestros rasgos”.
- El color, úsalo de forma estratégica: la asesora de imagen hace hincapié en que el color no nos favorece igual si lo llevamos en una parte de arriba, en un accesorio o en prendas inferiores. “Un consejo para todas, si te gusta el negro, úsalo, pero aléjalo del rostro. Evita que sea la primera barrera de color que toca tu piel”. También, hemos de tener en cuenta los tejidos, ya que no todos proyectan la misma luz, “una seda o un tafetán aporta brillo, luminosidad y movimiento, mientras que un algodón, un lino o un denim, son más maten y absorben la luz”.
- Aplica luz cerca del rostro: es un punto imprescindible de la colorimetría, optar por colores vivos y alegres, o el blanco, cerca del rostro, no nos quitemos luminosidad utilizando colores oscuros. “La luz en la parte superior del look siempre ayuda a suavizar, iluminar y armonizar el rostro”.