Hay tejidos que cargan con una fama injusta y el ante es uno de ellos. Para muchas sigue siendo ese material “complicado” que, supuestamente, no se puede llevar en días nublados y, por si fuera poco, tiene un aire anticuado que lo hace menos versátil. Nada más lejos de la realidad. Basta darse una vuelta por Instagram o fijarse por las calles de Madrid en las chicas que mejor visten para comprobar que este tejido natural y de textura aterciopelada no solo sigue vivo: atraviesa uno de sus momentos más interesantes, especialmente cuando hablamos de chaquetas y cazadoras. Estas son las más buscadas de la temporada y, si no conseguimos convencerte con estos argumentos, tendrás que quedarte fuera del fenómeno. Al fin y al cabo, ser FASHION no es para todo el mundo.
El atractivo del ante está en lo que no grita. Frente al brillo y la rigidez del cuero pulido, su textura suave y mate aporta calidez, profundidad y una sensación relajada que encaja a la perfección con la forma actual de vestir en el día a día. No resulta llamativo de forma evidente, pero tiene esa capacidad de elevar un conjunto sin esfuerzo.
Quizá por eso ha conquistado a una generación joven que no vivió su auge original, hace ya unas cuantas décadas, y aun así lo ha reinterpretado sin complejos. Las cazadoras de ante no responden a estéticas cerradas: ahora se llevan intencionalmente oversize (al estilo de los años 80) o siguiendo la estela minimalista de la sastrería masculina tradicional.
Sí, deberías comprarte una cazadora de ante este invierno
El reconocido autor británico Simon Crompton, experto en etiqueta, explica que las cazadoras de ante son un pilar del armario masculino que lucen cada vez más las chicas porque "no solo se ven bien en términos estéticos, sino que son ricas en color, en textura. Le dan a cualquier look un toque lujoso, como sustituta de una chaqueta deportiva con pantalones o camisas más elegantes, mientras que el cuero liso puede parecer demasiado rudo para llevar de forma casual en ocasiones".
El resultado es una prenda que se siente moderna sin perder ese guiño vintage que tanto gusta cuando está bien dosificado. El ante funciona, y sobre todo las chaquetas de ante, porque encaja con la idea de armario que muchas buscan hoy; queda igual de bien con vaqueros rectos y una camiseta blanca que con un vestido vaporoso. No se impone, suma, y eso la convierte en una aliada fácil para el día a día.
Parte del rechazo al ante viene de cómo se ha usado durante años. Demasiados flecos, cortes ajustados e incómodos o combinaciones excesivamente literales han contribuido a esa imagen anticuada que hoy ya no tiene sentido. Las nuevas versiones se integran con naturalidad en el armario: marrones, beiges, tabaco o camel funcionan como neutros sofisticados y siluetas que aportan volumen y textura sin hacer ruido excesivo, ya que lo interesante es que el ante no pide protagonismo absoluto.
Además, encontramos un factor emocional que explica su regreso. El ante evoca cierta sensación de confort, de prenda vivida, de lujo tranquilo. En un momento en el que la moda busca ser más cercana y menos impostada, ese carácter cobra especial sentido. No es casualidad que muchas de las prescriptoras FASHION opten por piezas de segunda mano o con apariencia ligeramente desgastada que refuerzan ese encanto imperfecto. Ya hemos hablado aquí varias veces sobre la importancia de invertir en una buena cazadora de ante y hemos compartido nuestros consejos de experta para encontrarla en mercadillos y aplicaciones. Entonces, ¿qué te está frenando?
¿Qué hacer con el ante si se moja?
Crompton asegura: "El ante no es tan delicado como se piensa. Y es por esta razón que muchas personas deciden no usarlo. Piensan que les exigirá mucho mantenimiento cuando, en realidad, el almacenaje adecuado y un cuidado meticuloso tras ensuciarse o mojarse son lo único indispensable para preservarlo intacto durante años".
Y si llueve, ¿qué hago? Dado que la posibilidad de un chaparrón (y hasta una breve llovizna) ha sido suficiente para convencer a tanta gente de no comprarse una chaqueta de ante, tuve que preguntar: "Mientras no se empape al punto de traspasar, puedes simplemente esperar a que se seque y dar golpecitos con un papel absorbente, no con un cepillo. Acto seguido, utiliza una esponja suave para 'peinar' la piel con delicadeza y devolverle, ahora sí, ese tacto aterciopelado característico".
Así debes limpiar y guardar tus chaquetas de ante
Hay, además, por si eres muy previsora, sprays para proteger el tejido y cuya aplicación está indicada entre dos y tres veces al año, no más. Este tipo de productos, por si fuera poco, son útiles en caso de una mancha: "aplicas una capa de spray, esperas un par de minutos y pasas un pañuelo de ante húmedo o una esponja suavemente por la superficie", dice nuestro experto. Y su palabra va a misa, aunque esperamos que no tengas que poner en práctica su truco.
El ante es una piel natural y por ello se beneficia del contacto con el aire. Debemos guardar nuestras chaquetas colgadas y en un lugar espacioso para que no desarrollen grietas ni manchas. Que no le dé el sol directamente, ya que es un material mucho más sensible que el cuero clásico y puede incluso cambiar de color con el tiempo si no se le da el cuidado apropiado.
Las pieles de calidad mejoran con el tiempo, se adaptan al cuerpo y adquieren personalidad propia. Lejos de estropearse, envejecen con gracia, algo de lo que solo unos pocos materiales pueden presumir. Cuidarlas no resulta tan complicado como se cree y, con un mantenimiento básico, pueden acompañarte durante años sin perder su atractivo.
Quizá el problema nunca fue el ante, sino la forma de mirarlo. Cuando se elige una prenda con buen corte, se integra en un estilismo actual y se lleva con naturalidad, el resultado se aleja por completo de lo anticuado. El ante no envejece, se transforma con quien lo lleva y demuestra que algunas prendas no pasan de moda, solo esperan el momento adecuado para volver a brillar.











