Estamos ya la recta final de 2025 y el Pantone Color Institute ha cumplido con su tarea anual de pronosticar el color que mejor nos representará el año que viene. A menos de un mes de tomarnos las uvas, la autoridad que estandariza las muestras cromáticas para la industria del diseño ha confirmado lo que, desde hace meses, las pasarelas estaban adelantando: en los próximos meses, vestiremos de blanco roto.
El elegido es un tono bautizado como Cloud Dancer, "un blanco etéreo que se siente como una bocanada de aire fresco e infunde una sensación de serenidad", en palabras de Lee Eisman, directora ejecutiva de Pantone.
© Launchmetrics SpotlightPantone ha hablado: vestiremos de blanco roto en 2026
Cloud Dancer recoge el testigo de Mocha Mousse, que fue elegido Color del Año 2025. El blanco escogido ahora contrasta con aquel marrón, pero se alinea en los sentimientos y sensaciones que pretendía despertar, ya que Mocha Mousse trasladaba calidez sensorial y reconfortante que evocaba la deliciosa calidad del cacao, el chocolate y el café, y apelaba al deseo de bienestar.
Las togas en tono blanco roto de la antigua Grecia hicieron que los colores crema empezaran a asociarse con lo clásico. Si adelantamos hasta principios del siglo XX, los figurinistas de Hollywood aprendieron a usar estos tonos en lugar del blanco puro para suavizar su dureza en pantalla. Desde mediados del siglo pasado hasta hoy, los colores cremosos se han considerado más "amables" que esos blancos modernos tan fríos y austeros.
La legendaria diseñadora de vestuario Edith Head -con una carrera de 58 años, 546 créditos en pantalla, 35 nominaciones al Óscar y 8 estatuillas- sabía que el blanco puro podía resultar agresivo en las películas en blanco y negro. Por eso vistió a Audrey Hepburn con un vestido en tono blanco roto en la escena final de Vacaciones en Roma. Tras un par de retoques, Hepburn lo llevó a los Óscar, donde ambas ganaron. En 2011, el vestido se subastó por 131.292 dólares.
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© Launchmetrics Spotlight¿Qué significa 'Cloud Dancer'?
Desde 1999, Pantone elige un color que, de acuerdo con sus estudios, marcará el estado de ánimo cultural del año que empieza. "Queríamos mostrar a nuestro público cómo lo que sucede en la cultura global se expresa y se refleja a través del lenguaje del color", explica Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute, sobre este exitoso proyecto anual que cada diciembre ocupa cientos de titulares alrededor del mundo.
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© Launchmetrics Spotlight"Vivimos un momento de transición. Buscamos verdad, buscamos posibilidades. Queremos una nueva forma de vivir después de todo lo que está ocurriendo. Se trata de expresar nuestro deseo de un futuro libre de toxicidad y exceso. Cloud Dancer simboliza nuestra búsqueda de bienestar, armonía y de una sensación de paz, unidad y cohesión. No es un blanco puro y frío; es un tono blanco de aspecto natural", concluye.
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© Launchmetrics SpotlightEstéticamente, el blanco es un color que no altera, no genera conflicto y está presente en casi todo lo que nos rodea: en coches, arquitectura, muebles e interiores, incluso en la gastronomía. Y, por supuesto, en la moda, donde es un "clásico", un tono atemporal que se hace esencial en nuestro día a día. El blanco puede evocar tanto futurismo como tradición; puede ser lo que cada uno quiera.
"Al avanzar en este proceso, sentíamos con fuerza la importancia de fomentar la creatividad, de animar a cada persona a imaginar y reinterpretar este color de un modo que se adapte a quién es, cómo quiere mostrarse ante los demás y cómo quiere sentirse", concluye Pressman. "Es una forma de autoexpresión".
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© Launchmetrics SpotlightEl blanco roto en las pasarelas Primavera/Verano 2026
Las últimas pasarelas de Primavera/Verano 2026, presentadas entre finales del mes de septiembre y principios de octubre, ya adelantaban esta tendencia. En New York Fashion Week, los tonos blancos registran un aumento de +23% respecto a la temporada anterior, de acuerdo con los datos de la plataforma Tagwalk, y el blanco (en todas sus variantes) fue el color más repetido en los desfiles de las cuatro grandes capitales de la moda, Nueva York, Milán, Londres y París, con un 22% de presencia.
