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TRUCOS DE EXPERTA

El uniforme que siempre me pongo para ir de compras y que me hace ahorrar tiempo dentro de los probadores


Años de práctica me han ayudado a construir el look perfecto para este plan


Image© Launchmetrics Spotlight
Cristina GonzálezRedactora de FASHION
5 de diciembre de 2025 - 14:54 CET

Puede sonar contradictorio dedicándome al sector de la moda, pero no me gusta ir de compras. Es un fenómeno que ocurre en contadas ocasiones a lo largo del año y que suelo llevar a cabo por necesidad. Me lo planteo como una misión que he de cumplir, redactando una lista con las prendas que necesito (spoiler: nunca consigo tacharla) y procurando ir a primera hora de la mañana para poder dedicar el resto de mi día libre a otros planes. Mi rutina es la siguiente: quedo con mi hermana, dedicamos la mañana a explorar las tiendas, y como recompensa por el esfuerzo, siempre acabamos comiendo pasta o sushi en nuestros restaurantes favoritos.

Media Image© Launchmetrics Spotlight

Un plan para el que he desarrollado una etiqueta de vestuario muy concreta. Años de práctica me han llevado a idear lo que yo he bautizado como el uniforme ideal para ir de compras. Un look que responde a tres necesidades:

  1. Perder el menor tiempo posible dentro del probador.
  2. Patear las tiendas de la forma más cómoda posible.
  3. Que también tenga un punto elegante por si después de ir de compras surge otro plan.

Y puedo asegurarte que funciona, que lo repito cada vez que tengo que ir de compras y que incluso mi hermana lo ha incorporado también a su armario. Se trata de una combinación formada por cinco elementos: vaqueros, camiseta americana, zapatillas y bolso. Pero cada uno de ellos tiene una particularidad, no cualquiera sirve.

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Los vaqueros son el centro de la ecuación. Me he dado cuenta de que son la mejor herramienta para analizar si una prenda que me estoy probando encaja en mi día a día. Si algo no funciona con unos buenos jeans —los mismos que uso para ir a trabajar, para quedar con amigas o para casi cualquier plan improvisado— probablemente tampoco lo hará fuera de la tienda. Además, son prácticos: se suben y se bajan rápido, no se arrugan y no generan complicaciones innecesarias. Mis favoritos son los modelos wide leg, ligeramente holgados, de cintura altura, y en mi caso, elásticos y con cordones.

La camiseta básica cumple una función parecida. Siempre elijo una lisa, de algodón y con un cuello que no sea ni demasiado abierto ni demasiado llamativo. Es mi neutralizador, normalmente blanca o negra, fácil de combinar.

Americana marrón con hombreras, de & Other Stories (179 euros). Vaquero jogger wide leg con cintura elástica ajustable, de Zara (29,95 euros). Camiseta de tirantes AIRism con sujetador incorporado, de Uniqlo (24,90 euros). Zapatilla Merino Sport, de Yuccs (125 59 euros). Bolso Hobo mediano, de Liu Jo (139 euros).
Americana marrón con hombreras, de & Other Stories (179 euros). Vaquero jogger wide leg con cintura elástica ajustable, de Zara (29,95 euros). Camiseta de tirantes AIRism con sujetador incorporado, de Uniqlo (24,90 euros). Zapatilla Merino Sport, de Yuccs (125 59 euros). Bolso Hobo mediano, de Liu Jo (139 euros).

El tercer elemento imprescindible son las zapatillas, para mí (y mi fascitis ocasional), algo esencial. Después de muchos experimentos he llegado a una conclusión muy clara: las mejores para ir de compras son aquellas tipo slip-on. Soy consciente de que no son las más atractivas a nivel estético, pero te puedo asegurar que estas sneakers deportivas sí son muy cómodas para andar, y además, te ahorran tiempo atando y desatando los cordones.

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Y luego está la americana, que para mí es la prenda que transforma todo el look, pues tiene esa capacidad de elevar las prendas más básicas y equilibrar el conjunto, aportando ese toque elegante.

El último elemento del uniforme es el bolso, y aquí sí soy muy clara: para ir de compras necesitas un tote o un bolso tipo shopping. Los bolsos pequeños están bien para otros planes, pero en una mañana de tiendas se quedan cortos. Yo prefiero estos diseños grandes, pero ligeros, en los que pueda guardar el móvil, la cartera, una botella de agua, las gafas, un peine, el brillo de labios y, en definitiva, todo lo que acabo utilizando cuando paso varias horas fuera de casa. Además, cuando te pruebas prendas o te quitas la americana, siempre viene bien tener espacio para meterla sin tener que cargarla en la mano.

En definitiva, el uniforme perfecto existe. Y cuanto más sencillo, mejor funciona.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.