Como le ocurría a Holly Golightly en Desayuno con diamantes frente al escaparate de Tiffany & Co., resulta casi inevitable experimentar esa fascinación al contemplar ciertas joyas, cuyo brillo y artesanía es hipnótico. La firma ha colaborado a lo largo de los años con diferentes películas icónicas, como la de Audrey Hepburn en 1961 o El Gran Gatsby, en 2013. Pero hasta ahora no lo había hecho en un título de tintes góticos como lo es Frankenstein, la adaptación que Guillermo del Toro ha llevado a la pantalla, reinterpretando el personaje que Mary Shelley creó en 1918.
Se estrenó el 7 de noviembre con Jacob Elordi, Mia Goth y Oscar Isaac como protagonistas, un film que ha batido récords en Netflix, siendo lo más visto en más de 80 países, con casi 30 millones de espectadores. Frankenstein ya es una de las favoritas en las quinielas para los premios Oscar, entre cuyas nominaciones merece sin duda la de mejor vestuario. La encargada de dirigirlo ha sido la diseñadora Kate Hawley, cuyo equipo ha creado a medida todos los trajes de la película, incluidos los de los extras.
Pero mención especial merecen las joyas que aparecen en Frankenstein, entre las que se han colado auténticos tesoros. Christopher Young, vicepresidente de Tiffany & Co., abrió los archivos de la casa al equipo, para suministrar hasta 27 piezas. Algunas se han creado de cero en sus talleres, pero otras son reliquias del pasado. Probablemente, la que más atención ha suscitado ha sido el famoso collar Wade de la firma. Una pieza creada en el año 1900 que no se había visto en más de un siglo.
Es la primera vez que este collar debuta en pantalla y lo vemos sobre el cuello del personaje de Elizabeth, la prometida del hermano de Victor Frankenstein e interés amoroso de este (creador y monstruo), mientras toca el piano. Una espectacular creación confeccionada a mano, en oro de 18 quilates y diamantes de más de 40 quilates. Fue un encargo del filántropo estadounidense Jeptha Homer Wade II, como regalo para su esposa Elizabeth Garretson Wade (quien comparte nombre con la protagonista de la cinta de Guillermo del Toro).
Para su debut en pantalla, los diamantes de este collar han sido restaurados, siguiendo un meticuloso trabajo bajo la supervisión de los artesanos de Tiffany & Co., usando técnicas de engaste que datan de 1900, para respetar así los procesos antiguos y darle credibilidad al trabajo.
"Encaja como un guante. Fue absolutamente perfecto... Me transportó por completo y realmente me puso en el estado mental correcto para este mundo que estábamos construyendo", contó Mia Goth a Netflix, recordando el momento en que se puso por primera vez este collar.
No es la única joya que despierta la atención entre el vestuario: también encontramos una original gargantilla formada por escarabajos de vidrio iridiscente, un diseño que la artista Meta Overbeck creó en 1914 para la marca. Al igual que el collar Wade, también es la primera vez que este se utiliza en el cine.
La moda sirve como conductor de las palabras y ayuda a transmitir mensajes, especialmente en el séptimo arte. Algo que en Frankenstein también hacen las joyas: desde el equipo de vestuario han revelado otros detalles curiosos, como el crucifijo rojo de Elizabeth, una pieza nueva fabricada a medida, que hace un guiño a la madre de Frankenstein (interpretada también por Mia Goth) y al velo carmesí que luce durante las primeras escenas.
También han incluido broches, que se pueden apreciar sobre el vestido de novia de Elizabeth, como escudos ficticios de la familia Frankenstein, elaborados por la firma en plata esterlina.












