Siempre he creído en la idea de que cómo nos vestimos dice más de nuestra personalidad que lo que podamos decir en palabras o en actos. No ya porque, nos guste o no, lo exterior y el cuerpo, sobre todo el cómo decidimos vestirlo, es lo primero que la gente percibe de nosotros, el primer contacto con nuestro YO, sino porque el mero acto de ‘decidir qué me pongo cada día’ es algo que decidimos nosotros solos, en la intimidad, en un uno a uno con nuestro armario. Y puede ocurrir que, teniendo el mismo armario, con la misma ropa y accesorios, dos personas vean numerosas combinaciones completamente diferentes.
Lo que dice de nosotras nuestra forma de vestir
Podemos inspirarnos por las personas que tenemos a nuestro alrededor, o por lo que veamos en redes o en las tendencias, pero lo cierto es que al final, siempre procuramos vestirnos de manera que nos sintamos cómodas con nosotras mismas. Que refleje nuestra manera de ser, y que coincida con la imagen que queramos proyectar de nosotras.
Para entender qué relación tiene mi forma de combinar -o no- la ropa con mi personalidad, hemos recurrido a la visión experta de las chicas de Perticas (@perticas_es), Iciar y Carlota, asesoras de imagen y estilismo.
“La ropa es una forma de lenguaje, y el cómo nos vestimos es una extensión de cómo somos y cómo sentimos. Lo que elegimos cada mañana comunica mucho más que una preferencia estética: habla de nuestra energía y nuestro momento vital”, nos explican Iciar y Carlota. Las expertas aseguran que en nuestra forma de combinar la ropa intervienen muchos factores, ya sean más de personalidad (por ejemplo, si somos más o menos presumidas, más racionales, o más creativas); o bien el momento personal (si estamos viviendo un momento alegre, o más bien uno estresante o triste).
Las expertas de Perticas explican con rotundidad que la personalidad marca una diferencia clara a la hora de vestir: “Las personas más estructuradas y analíticas tienden a construir sus looks buscando funcionalidad, coherencia cromática, que todas las prendas encajen entre sí, mientras que las más creativas o intuitivas, combinan de una forma más libre y emocional”. Además, añaden que aquellas personas más introvertidas tenderán a vestir con una mayor discreción o en tonalidades más neutras, que no le hagan destacar, y, en cambio, “los perfiles más expansivos encuentran en la ropa una forma de proyectar su energía”.
Dime cómo combinas la ropa y te diré cómo eres
Ahora que se ha consolidado y aceptado tanto el ‘estilo portugués’, donde las mezclas, los contrastes entre colores y la unión de estampados son el ABC de esta corriente, consultamos con Iciar y Carlota qué refleja esta mezcla sobre la personalidad de quien lo lleva: “Mezclan desde la libertad, la creatividad y la diversión. Aunque en este estilo parezca que todo está escogido al azar, el desorden es solo aparente. Siempre hay detrás una intención estética, seguridad personal y búsqueda de expresión. Hay un dominio absoluto de los códigos estéticos y saben cuándo y cómo romperlos”.
Por otro lado, todos tenemos alguien alrededor -o incluso podemos ser nosotros mismos- que recurre con mucha frecuencia a las mismas elecciones estilísticas. Combinan la misma camisa con el mismo pantalón, o siempre llevan los mismos zapatos… Son personas a las que rara vez veremos innovar o apostando por prendas o combinaciones nuevas. Ante este suceso, las chicas de Perticas nos explican que repetir combinaciones no tiene por qué ser algo negativo en sí, es más, “puede reflejar seguridad y coherencia con la propia identidad”. Pero también admiten que puede darse que repetir patrón se deba a una cuestión de miedo o inseguridad: “lo vemos a menudo en nuestras clientas, mujeres que acuden a la ‘practicidad’ por falta de tiempo o por temor a salir de su zona de confort. Al principio sienten que simplifican, pero, con el tiempo, se frustran porque su armario no refleja quiénes son realmente”.
En definitiva, nuestras expertas hacen hincapié en que la clave para vestir acorde con nuestra personalidad es vistiendo desde la conciencia, “eligiendo lo que te representa, no lo que te limita”, que haya coherencia entre la persona y lo que proyecta. “Vestirse de forma consciente -aunque sea caótica- comunica autenticidad. Hacerlo desde la inercia o el descuido, en cambio, deja de hablar de estilo para hablar de desconexión”.









