Dicen que lo bueno se hace esperar, y a veces, ni siquiera necesita presentación. Sin adelantos, sin promoción y sin previo aviso: así ha anunciado Rosalía el lanzamiento de su cuarto álbum este lunes 20 de octubre. Lo ha hecho siguiendo la estela de artistas como Justin Bieber cuando publicó por sorpresa SWAG: demostrando que no necesita apenas publicidad.
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Y es que la catalana convocó a sus seguidores a un directo en redes sociales que dio comienzo a las 20:45, en el que aparecía en su hotel preparándose para salir a la calle y dirigirse después a Callao, en Madrid, donde se desató una auténtica locura. "Llevo tres años esperando este día", admitió la artista, que el 7 de noviembre publica LUX, su nuevo trabajo. Un anuncio que quería dar en exclusiva en la capital madrileña, donde sus seguidores abarrotaron esta emblemática plaza, pero que antes se había filtrado en las pantallas de Times Square, en Nueva York.
El blanco, protagonista de una nueva era
"No suena para nada como el álbum anterior", había confesado antes Rosalía. Pero no era la única pista sobre LUX que nos daba, de hecho, en las últimas semanas no ha parado de transmitir sutiles mensajes sobre este nuevo disco. Y lo ha hecho a través de su ropa.
Parece que la cantante deja totalmente atrás la era Motomami con la que revolucionó el panorama musical en 2022, para entregarse por completo a una estética minimalista en la que prima el color blanco, relacionado con la luz, la pureza y el renacer. Tres ideas que encajan con este nuevo trabajo, cuyo título (del latín luz) marca el inicio de una nueva etapa artística, y por lo visto, espiritual.
En la portada de LUX, Rosalía aparece en una imagen como suspendida entre lo terrenal y lo celestial. Con el rostro sereno y un aura de calma que contrasta con la energía desbordante de Motomami, la española se muestra rodeada de una luminosidad casi divina. No hay artificios, ni exceso de color: solo ella, la luz y una atmósfera que evoca introspección.
El título del disco no podría ser más coherente con la nueva imagen que Rosalía lleva proyectando estos días. En cada aparición pública, ha apostado por el blanco en todas sus versiones: desde vestidos camiseros como el que en septiembre llevaba al US Open, hasta los diseños que ha lucido en los desfiles parisinos, donde incluso completó uno de sus looks con un tocado alado, un guiño a su nuevo disco (el lunes, en Callao, trazó una aureola dorada en su cabello).
Más allá de la moda, su estilo parece haberse convertido en un lenguaje artístico propio, una extensión de su discurso musical. Ya lo hizo con Motomami, cuando su estética motera de cuero, plataformas y cascos inspiró una microtendencia que incluso llegó a las tiendas. Rosalía no solo lanzó un disco, sino que creó un universo visual que marcó una temporada. Ahora, con LUX, parece dispuesta a repetir el fenómeno.