PIONERA EN SU CAMPO

Carmen Busquets, cofundadora de Net-a-Porter: "Cuando ves un vestido producido en serie con un precio de 20.000 euros, te das cuenta de que hemos ido demasiado lejos"


De su pequeña boutique en Venezuela a las grandes firmas de lujo, el éxito que nace de una vida con propósito y una mente futurista


Lucía Hernández PerisRedactora jefe de ¡HOLA! FASHION y subdirectora de ¡HOLA! NOVIAS
14 de octubre de 2025 - 6:00 CEST

A principios de los años 90, Carmen Busquets ya intuía que el lujo iba a cambiar para siempre. Desde su boutique Cabus, en Caracas, comenzó a enviar bocetos y polaroids de los desfiles de París, Milán y Nueva York a su red internacional de amigas y clientas, quienes "precompraban" las prendas antes de que llegaran a tienda. Estaba anticipando una nueva era en la industria: la conexión directa entre pasarela y consumidora, entre moda y tecnología.

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Fue esa visión pionera la que la convirtió en una de las primeras inversoras en detectar el potencial del e-commerce. En el año 2000, cofundó Net-a-Porter junto a Natalie Massanet, convirtiéndose en su mayor accionista individual. Gracias a esta entrevista con ella podemos entender su trayectoria y visión de primera mano. 

© @carmen.busquets

De cofundar Net-a-Porter a apoyar la moda tecnológica más innovadora, ¿qué principios te han guiado a lo largo de los años?

Mi filosofía de inversión nunca ha sido únicamente impulsar el crecimiento. Para mí se trata de crecimiento con beneficios y eficacia operativa. Desde el principio he estado comprometida con la construcción de empresas responsables: negocios que funcionen de manera eficaz en todos los departamentos, que sean financieramente sostenibles y que mantengan sólidos valores éticos.

© Getty Images

Prefiero invertir en verdadera costura: apoyar a los artesanos, costureras y oficios.

Tu fundación se centra en la educación, la sostenibilidad y la preservación del patrimonio cultural. ¿Cómo conecta este trabajo filantrópico con tu papel como inversora y emprendedora?

Existe una conexión natural entre mi trabajo como emprendedora y mi misión filantrópica. El emprendimiento es lo que hago, la filantropía es lo que soy. Al crecer en Venezuela, fui muy consciente de mi privilegio, y de la responsabilidad que conlleva, desde una edad temprana, y empecé a involucrarme en la filantropía durante mis años universitarios. Ahora, a los 60 años, ya no invierto activamente en startupsMis últimas inversiones en empresas en etapas iniciales fueron en 2020. Hoy en día, mi enfoque se ha dirigido hacia otro tipo de inversiones: quizás menos emocionantes, pero mucho más estables y alineadas con mis prioridades actuales.

© @carmen.busquets

Actualmente, he creado un ‘Couture Prize’ en colaboración con los Latin American Fashion Awards para promover un enfoque más inclusivo de la costura, alejándonos de la noción anticuada del prêt-à-porter. Cuando ves un vestido de prêt-à-porter con un precio de 20.000 euros, te das cuenta de que hemos ido demasiado lejos. Prefiero invertir esa cantidad en verdadera costura: apoyar a los artesanos, costureras y oficios. Una prenda que encaje a la perfección en tu cuerpo, hecha a mano y verdaderamente única; para mí, ahí es donde residen el valor y el significado.

Tus inversiones abarcan desde marcas como Moda Operandi hasta plataformas que apoyan la sostenibilidad. ¿Qué cualidades buscas en los fundadores y proyectos para decir 'sí'? 

Desde el principio me centré en negocios con fundamentos sólidos: altas tasas de venta, stock mínimo y disciplina operativa. Mi referencia siempre fue clara: entre un 65% y un 70% de ventas a precio completo antes de cualquier descuento –que solo permitíamos al 30%– y siempre éramos de los últimos en descontar. Nunca toleré más de un 5% de stock obsoleto. 

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Mi rechazo a la sobreproducción fue lo que me llevó a apoyar el modelo de preventa de Moda Operandi, un enfoque que me permitió sobrevivir en Venezuela, años atrás, cuando tenía mi boutique Cabus y dependía de los pedidos anticipados de mis clientes internacionales. También me inspiró a invertir en compañías como Farfetch, con su modelo de market place que evita el inventario, y Mile, que selecciona excedentes para corregir ineficiencias en la industria. Y más recientemente, Osomtex, que transforma el excedente de stock [o tejidos] en nuevos materiales sostenibles.

Como pionera en la inversión, ¿qué consejo darías a otras mujeres que quieran entender y acceder a este mundo? ¿Dónde crees que pueden empezar?

Yo empezaría de la única manera que sé: haciendo de mi primera inversión una aventura de emprendimiento, como hice cuando me convertí en cofundadora y principal accionista privada individual de Net-a-Porter. Tienes que empezar convirtiéndote en cofundadora temprana y principal inversora de una empresa en la que realmente creas, comprometiéndote con ella al menos durante diez años. Debes crecer con ella y permitir que se convierta en parte de tu identidad, en algo con lo que la gente te asocie.

© @carmen.busquets

 Así es como construyes un verdadero historial tanto como emprendedora como inversora. En este tipo de trayecto no inviertes de manera pasiva: moldeas la empresa. Y cuando tiene éxito, las ganancias pueden ser significativas. Esa ha sido mi experiencia con compañías como Cult Beauty, Astley Clarke, Pamono, Lyst y Farfetch, donde fui inversora estratégica años antes de que llegaran al mercado bursátil. Otras aún las mantengo: como Business of Fashion, Tagwalk, Psykhe y The Floorr.

Dicho esto, si empezara hoy, ya siendo mayor, también consideraría crear mi propio fondo, pero solo después de haber trabajado estrechamente con alguien que admiro y de confianza del mundo corporativo, para aprender y agudizar mi instinto.

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Defino el éxito como tener libertad y paz mental

La sostenibilidad, las empresas con propósito y la visión a largo plazo son centrales en tu filosofía. ¿Cómo defines hoy el éxito, para ti y para las compañías que apoyas?

Para que una empresa sea considerada un éxito, debe ser rentable y operar de manera eficiente, sostenible y sin derroches innecesarios. Como inversora, el éxito significa hacer crecer tu capital con el tiempo. En venture capital (capital de riesgo) se esperan retornos de 10 a 100 veces la inversión inicial, mientras que en private equity (capital privado), los rendimientos suelen oscilar entre 2 y 10 veces el capital inicial. El concepto de éxito, por tanto, es diferente según el nivel, y depende del contexto, ya sea evaluando el rendimiento operativo o los retornos de la inversión.

Sin embargo, a nivel personal, defino el éxito como tener libertad y paz mental. Cuando inviertes como yo lo hice, el estilo de vida competitivo –y trabajar 17 horas al día–, puede ir en detrimento de tu libertad. Yo elegí priorizar la libertad por encima de todo, y por eso tomé la decisión consciente de no casarme ni tener hijos. Al hacerlo, rompí con las expectativas sociales para mantenerme fiel a mí misma.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.