Chemena Kamali aprovechó esta nueva edición de Paris Fashion Week para dar un giro fresco a la propuesta de Chloé. Su colección Primavera/Verano 2026 se presentó como una oportunidad de reinvención, aunque hace apenas poco más de un año ella misma había reinventado ya por completo la estética de la firma francesa, recuperando ese espíritu bohemio, libre y rotundamente femenino por el que se hizo tan conocida en los años 70.
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Esta vez decidió mirar aún más atrás, hacia los años 50 y 60, y al legado de Gaby Aghion, fundadora de la casa. Su investigación la llevó a los archivos de los primeros desfiles de Chloé en el Café de Flore, donde las prendas se mostraban entre espresso y espresso, en un ambiente distendido , pero majestuoso.
La diseñadora dejó de lado los vaporosos vestidos de volantes que marcaron su debut como directora creativa para sumergirse de lleno en el optimismo y color de la moda de baño de mediados del siglo XX. Recuperó antiguos estampados florales de Aghion y comenzó a drapear, plegar y anudar tejidos para crear vestidos y faldas.
Una de las primeras decisiones de Kamali cuando asumió el puesto más alto en Chloé fue recuperar el icónico bolso Paddington, y su intuición no estaba errada. Ha vuelto a ser un icono tras más de una década en la sombra, de ahí que hubiera máxima expectación en torno a los accesorios de esta nueva colección estival.
El resultado se compone de bolsos y pendientes inspirados en los gorros de baño vintage y sandalias de tacón que evocaban las típicas chanclas de piscina.
No faltaron los resquicios del paso de Kamali por la dirección de la firma: los anoraks y las gabardinas envolventes, la lencería en satén y con detalles de encaje y una paleta cromática serena en tonos de arena, almendra, mantequilla y café, para propuestas de día y de noche.
