Las invitadas ya no buscan mantenerse en la uniformidad y las fórmulas tradicionales de vestimenta, donde priman los vestidos de cortes rectos o el tocado más clásico. Ahora, se dirigen hacia una búsqueda de estilismos originales, diferentes y más atrevidos, siempre tratando de mantener un concepto de elegancia y sofisticación y cumplir con el protocolo. Es el caso de Iciar, la invitada que nos inspira con su estilismo y, especialmente, por la forma en la que ha usado las joyas como clave para transformar un look sencillo en inolvidable.
Para la ocasión, Iciar escogió un sencillo vestido largo en tono burdeos oscuro, de líneas limpias y tirantes finos. Con escote en uve y ajustado a la silueta, el vestido también tenía una pronunciada, pero elegante abertura en la espalda. El diseño era liso y sobrio, con una caída impecable y sin fruncidos ni estampados estridentes, el ejemplo perfecto de vestido minimalista y elegante que ofrecía infinitas posibilidades para ser adornado con accesorios más especiales.
La elección del color burdeos también me parece un absoluto acierto, no solo por ser un color de tendencia, e ideal además para bodas de tarde; sino porque es sinónimo de elegancia. Aunque sea un color muy vinculado al otoño-invierno, este diseño ha demostrado que funciona a la perfección en bodas de verano, con buen tiempo, si el diseño es el adecuado y está siempre acompañado de los complementos correctos.
Y es justamente en los complementos donde se encuentra la magia del look. Iciar optó por unos pendientes largos dorados con forma de hojas, y un discreto brazalete con silueta de serpiente, también dorado. Unas joyas preciosas, llenas de personalidad, de la firma de alquiler de joyas Con Joyas y a lo Loco. Pero había un accesorio más que nos ha fascinado por completo: una cadena dorada finísima que recorría toda la zona superior del vestido de una forma muy delicada, creando formas y aportando movimiento al estilismo, logrando a su vez un equilibrio perfecto entre sensualidad y sofisticación.
Resulta muy interesante ver cómo Iciar ha llevado al terreno de las invitadas una tendencia que hemos estado viendo mucho este verano, el body chain, que responde directamente al furor por la estética de los 2000 y a la corriente boho. Se trata de colocar, alrededor del cuerpo y sobre la ropa, finas cadenas envolventes, que funcionan como collares, pero aportan un punto sensual al look (aunque muy sutil).
Nuestra invitada completó el look con un clutch con textura en tonos empolvados, que contrastaba perfectamente con el tono burdeos del vestido, y con el chal en tonos morados y rosados que cerraba el estilismo. Confeccionado en tela ligera y semitransparente, se podía poner sobre los hombros y tapaba la parte superior del vestido, sin recargar el conjunto. Para el peinado, Iciar se decantó por un sencillo moño bajo, relajado y con raya en medio, que confería un toque de naturalidad para contrarrestar con el estilismo tan depurado.
El resultado fue un look muy sofisticado, minimalista y con mucha personalidad, donde vemos cómo una buena elección de complementos puede marcar la diferencia. ¡Pura inspiración para las próximas invitadas!