Rococó Moderno es el nombre del desfile con el que Max Mara nos ha transportado a un universo de contrastes, dominado por los tonos neutros, en la colección Primavera/Verano 2026 que el sello ha presentado este jueves en Milan Fashion Week. Inspirada en la figura de Madame de Pompadour, amante, consejera y mecenas del rey Luis XV de Francia, la colección ha reivindicado su poder, inteligencia y la capacidad de transformar la moda en una verdadera obra de arte.
Pero, lejos de ser una recreación del pasado, Ian Griffiths ha presentado una versión moderna, donde el Rococó, con sus detalles etéreos, se ha mezclado perfectamente con la sobriedad de la sastrería contemporánea. El diseñador creativo ha apostado por siluetas de líneas muy limpias y estructuras impecables, donde la cintura, protagonista indiscutible, se ha adornado con detalles meticulosamente pensados: faldas de talle alto, chaquetas abrazan el cuerpo de manera sensual y escotes que sugieren sin mostrar.
Diseños que han destacado por el uso de tejidos ligeros, con piezas que juegan con el contraste entre lo formal y atrevido. Prendas que pueden encajar del trabajo a una noche de fiesta, siempre con una sobriedad moderada como hilo conductor. Faldas con volantes, blusas con volúmenes, blazers de líneas nítidas, vestidos con textura, cropped tops... No ha pasado desapercibida la paleta de colores empleada por el modisto, en la que predominan del camel, beige y tonos nude, pasando por el negro o gris, con muy pocas prendas estampadas.
Una propuesta que no solo subraya la elegancia atemporal de la maison, sino que también invita a imaginar un futuro donde el Rococó se reinventa en cada detalle, transformándose en una celebración de la mujer moderna que, como Madame de Pompadour, lleva la moda con poder, inteligencia y una gran dosis de estilo.