Fendi lleva mucho tiempo jugando al lujo silencioso, tanto tiempo que por aquel entonces ni siquiera existía esa expresión. Desde 1925, canaliza la elegancia innata por la que se conoce internacionalmente a la mujer romana, con sus largos abrigos de pelo, zapatos de tacón sensato y exquisitos bolsos de piel. Para su desfile Primavera/Verano 2026, en el marco de Milan Fashion Week, Silvia Venturini Fendi ha decidido romper con lo anterior en favor de la comodidad, la artesanía y, lo más importante, la alegría de vivir, a pesar de todo.
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Un colorido inesperado invade tanto sus prendas como el escenario que alberga el desfile, un set de Marc Newson que parece construido con tacos de lego gigantes o piezas de Tetris. En el mar de azules, marrones o blancos que es Fendi, salen a flote golpes de naranja intenso, azul cielo, verde pasto o rojo carmín, resquicios del paso de Kim Jones por la dirección creativa de la línea femenina de la marca.
Los ojos se nos quedan clavados en cada bolso que desfila por la pasarela; no porque sean diseños innovadores con formas que nunca hayamos visto, sino porque reconocemos sus siluetas y las redescubrimos en versiones mucho más vibrantes, que incorporan suntuosos bordados, incluyendo lentejuelas, recortes de flores y paneles de piel trenzada a mano. Incluso encontramos estos detalles artesanales en su interior, donde nadie -solo la clienta- podría apreciarlos. Este es, seguramente, el mayor lujo, el que se hace sin esperar más reconocimiento que la sonrisa de una mujer al sacar el pintalabios, el boli o la cartera de su bolso.
En 2025, la 'donna' de Fendi es sofisticada, pero dinámica. A esos abrigos de lana de vellón, piel de ciervo italiano o pelo de visón se les unieron chaquetas con cordones elásticos, tirantes ajustables, cremalleras de cortavientos; en su sofisticado imaginario, la mujer moderna busca movilidad, acción, protección. Y no es coincidencia que su colección esté pensaba para llegar a las tiendas en torno a los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina d'Ampezzo 2026.
Sus chaquetas deportivas, hechas de faille de seda, se combinan con faldas tubo para dar con una nueva versión 'sport' del traje de noche, en el que también existe lugar para las aplicaciones de pedrería. Poco a poco, el 'athleisure' -denostado desde la pandemia- hace su regreso.