Inauguramos septiembre como una nueva temporada y con el regreso a la oficina después de las vacaciones. Una ocasión que, si tenemos en cuenta la bajada de temperaturas que estamos experimentando en la capital, supone el momento perfecto para idear nuevos conjuntos con los que ir a trabajar, enfocados a las próximas semanas de entretiempo. Más allá de las prendas, en esta ocasión queremos centrarnos en un accesorio fundamental que nos acompaña a diario: el bolso. Y es que cuando hablamos de modelos para el día a día, es fundamental tener en cuenta algunos requisitos, más allá de que resulten estéticos.
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Claves para elegir el bolso de piel perfecto para la oficina
El equilibrio entre lo elegante y lo práctico es importante: está claro que conviene apostar por un bolso de tamaño medio tipo tote o estructurado, o algo más grande, de estilo shopper, para poder llevar en él todo lo necesario: desde la agenda en papel, si eres de las que no puede vivir sin apuntarlo todo, hasta el ordenador portátil, pasando por el táper de comida.
Pero ya que vamos a invertir en un bolso de piel que nos dure muchos años, y teniendo en cuenta que sus precios son elevados, hay que fijarse en otros detalles más técnicos que garanticen que se trata de un buen producto. "A la hora de evaluar un bolso, el cuero utilizado suele ser el indicador más revelador de su calidad, aunque también depende del proceso de curtido", apuntan desde la firma Santoir. "El cuero de grano completo plena flor, es el de mayor calidad, elaborado a partir de la capa superior de la piel. Conserva su textura natural y sus imperfecciones, que contribuyen a su belleza y durabilidad".
En los siguientes niveles, por orden de mayor a menor calidad, estaría el cuero de grano superior, el genuino, el ante, el cuero reconstruido y el vegano. Si se trata de los herrajes, la marca destaca el latón y el acero inoxidable como una de las mejores opciones, por su resistencia y el aguante frente a la corrosión o el deslustre. Por eso siempre es importante que leas bien los detalles de la etiqueta o la descripción del bolso en la web. Fíjate también en el valor de la artesanía y en el origen de la piel que se ha empleado para su fabricación.