Después de un verano de contrastes, entre la calma mediterránea de Grecia y la luz vibrante de Mallorca, Sassa de Osma ha hecho una nueva parada, el destino alpino por excelencia. Un lugar donde el aire fresco de las montañas parece anticipar el otoño y donde la princesa ha querido dar la bienvenida (por adelantado) a una nueva estación con un look que refleja a la perfección su estilo: sofisticado, nostálgico y, sobre todo, muy suyo.
En sus historias de Instagram, Sassa ha compartido varias imágenes de sus vacaciones familiares en las que aparece con un conjunto de su propia firma, Philippa 1970, la marca española que se ha convertido en un espejo de su personalidad. La propuesta elegida no podría estar más alineada con el entorno: la blusa Sienna de manga larga con lazo y la falda larga Sienna con cierre de botones forman un dúo de aire retro, delicado pero práctico, ideal para un paseo entre montañas.
El tejido, un algodón 100% que se acerca al vaquero, aporta carácter y versatilidad, mientras que el estampado, a medio camino entre cuadros y rayas, ofrece ese juego visual tan característico de la firma. Es un look que habla de transición: de los días largos de verano a las primeras brisas frías de septiembre. De hecho, estamos seguras de que las chicas que pasan sus vacaciones en el norte, sea en Asturias, Galicia o Cantabria, ya están tomando nota del estilismo de la princesa de Hannover.
Lo interesante es que no se trata solo de un look más, sino de un ejemplo de cómo Sassa entiende la moda: como un puente entre la tradición y la modernidad, entre lo cotidiano y lo especial. Si en Grecia y Mallorca se dejó ver con vestidos vaporosos y caftanes propios de la temporada estival, en St. Moritz ha querido recordarnos que el armario de entretiempo puede ser tan inspirador como el de vacaciones.
La mejor parte es que su fórmula, aunque no encaje a las más minimalistas, obsesionadas con los tonos neutros y las líneas puras, sí puede ser el estándar de la versatilidad. Un conjunto como este, a pesar de estar confeccionado en un algodón ligero que parece tejido vaquero, nos parece perfecto para una boda de otoño, sustituyendo el calzado plano por unas sandalias de tacón cómodo y, quizá, incorporando un sombrero de rafia como tocado.