En el corazón de Galicia, rodeado de bosques centenarios, se celebró una de las citas sociales más exclusivas del verano. Dos herederas de una estirpe aristocrática con profundas raíces europeas, Allegra y Cecilia Hohenlohe, hijas de Pablo de Hohenlohe-Langenburg y María del Prado Muguiro y bisnietas de la XVIII duquesa de Medinaceli, reunieron a 350 invitados venidos de todos los rincones del continente en el majestuoso Pazo de Oca, propiedad de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli. Allí, entre sus jardines palaciegos de espíritu barroco, se vivió una noche mágica con cena gallega y DJ hasta el amanecer. Pero más allá de su linaje o del escenario de la fiesta, hubo un detalle que se robó todas las miradas: los románticos looks que lucieron las hermanas, diseños con alma italiana que parecían hechos para una velada de cuento.
Allegra y Cecilia, de 21 y 20 años respectivamente, no dejaron ningún detalle al azar para su noche más especial del verano. Fieles a su pasión por la moda y al gusto refinado que comparten desde pequeñas, las hermanas eligieron sus estilismos entre varios modelos que les envió directamente desde Milán la reconocida diseñadora Luisa Beccaria, una gran amiga de la familia.
La empresaria y creativa italiana quiso que fueran ellas mismas quienes decidieran qué vestidos encajaban mejor con su estilo y personalidad, y así lo hicieron. Ambas se decantaron por delicadas creaciones florales con un aire romántico y etéreo, sello distintivo de la firma, complementadas con joyas de Suárez.
Allegra y Cecilia Hohenlohe, vestidas de cuento en el Pazo de Oca
Fiel a su estética bohemia y muy femenina, Allegra acabó decantándose por un vestido rosa palo con corpiño drapeado de corte corazón y falda larga fluida, cuyo bajo estaba estampado con el motivo floral característico de Beccaria. Este mismo patrón primaveral es el que recubre su delicada capa de gasa suave, sujeta sobre el escote por un pequeño botón forrado.
Cecilia, en cambio, optó por un conjunto de dos piezas en color blanco más ponible, pero no por ello menos impresionante. Se compone de un impoluto bolero de encaje con efecto perforado de flores y una falda larga de tiro alto y silueta recta a juego, confeccionada en el mismo tejido repleto de detalles intricados que son vestigio de la artesanía lombarda más minuciosa. Este look pertenece a la colección Primavera/Verano 2025, presentada en el marco de Milan Fashion Week el pasado mes de septiembre.
Allegra, Cecilia y su madre, María del Prado Muguiro, fueron absolutas protagonistas de la velada con estos románticos estilismos, en perfecta sintonía con la atmósfera onírica del Pazo de Oca. Considerado uno de los enclaves emblemáticos de Galicia, este tesoro arquitectónico evoca el esplendor de la corte francesa, y más concretamente los espléndidos jardines que Le Nôtre diseñó para Luis XIV, razón por la que se le conoce como “el Versalles gallego”. Allí, el estilo bucólico de sus looks se integraba de forma natural con el paisaje, realzando la sensación de estar dentro de un auténtico cuento de hadas.
A la vista está que Luisa Beccaria se distancia del maximalismo contemporáneo de Versace, pero también del minimalismo refinado de Armani. Elude la viralidad, a diferencia de Gucci o Bottega Veneta, apostando por un enfoque sotto voce del lujo italiano. Aquí se encuentra el atractivo de sus creaciones, demandadas por algunas de las mujeres mejor vestidas de la realeza europea, como la reina Máxima de Países Bajos, Beatrice Borromeo o Lady Gabriella Windsor. Para esta última, diseñó en 2019 un espectacular vestido de novia con encaje Valencienne, que se adornaba mediante cientos de diminutas flores bordadas sobre tul transparente.
La diseñadora defiende una visión etérea de la feminidad, sustentada por la creencia en la belleza eterna. Este enfoque romántico bebe de la pintura, la poesía o la música, disciplinas que dan sentido a la cualidad de lo bello, elevando lo material, como puede ser un retazo de tela, a la condición de obra de arte. Una filosofía con la que estas dos hermanas de sangre azul conectan de forma instintiva.
Por sus venas corre la curiosidad artística, así como el talento para distintas disciplinas. Cecilia no solo canta, sino que también compone, además de ser aficionada a la fotografía. En cuanto a Allegra, es el dibujo lo que la apasiona. Lo sabemos de buena mano porque trabajó en la revista "Living" de ¡HOLA!, nuestra cabecera de decoración.