Ya lo anticipó Annie Hall en los años 70. Con su camisa blanca de hombre, pantalones fluidos y actitud despreocupada, el personaje de Diane Keaton convirtió una combinación masculina en uno de los looks más recordados y liberadores del cine. Casi cinco décadas después, esa fórmula sigue tan vigente como entonces y se cuela una vez más —aunque renovada— en el mundo laboral, para protagonizar la última microtendencia officecore, o lo que es lo mismo: los looks para ir a la oficina.
El término suena sofisticado, pero esconde una idea sencilla: cómo vestir para ir a trabajar cómoda, sin pasarlo mal con el calor de la calle ni con el frío de la oficina, y por supuesto, sin renunciar al estilo. Y esta temporada, la solución responde a un uniforme compuesto de tres piezas: una camisa oversize (mejor si parece robada del armario de tu chico), un pantalón ancho de tejido ligero y sandalias cómodas pero chic.
Este look, que parece haberse convertido en el favorito de las chicas con más estilo del street style, tiene un aire tan relajado como cuidado y se adapta a distintos estilos: minimalista si apostamos por prendas en tonos neutros, como el blanco, negro o beige; más creativo con sandalias metalizadas y camisas estampadas; o incluso preppy si añades algún cinturón fino, unas bailarinas y un moño pulido.
La clave está en las proporciones: la camisa, de popelín o lino, debe ser amplia pero no de manera excesiva. Llévala abierta con una camiseta de tirantes debajo o cerrada con las mangas arremangadas. El pantalón fluido aporta movimiento, y puede ser el de un traje con pinzas, unas bermudas e incluso una silueta palazzo.
Y en los pies, nada de tacones imposibles: triunfan las sandalias tipo pala, los mules planos o las sandalias de tacón kitten o cuadrado, como aquellas que popularizó Carolyn Bessette en los 90. Y es que si hay una musa experta en convertir lo sencillo en sublime, era la esposa de John F. Kennedy Jr.
Su estilo, a medio camino entre lo clásico, lo cool y el minimalismo, es el mejor ejemplo de cómo los básicos bien elegidos pueden convertirse en una declaración de estilo en la oficina.
Este uniforme estival funciona tan bien porque se basa en prendas versátiles, pero el resultado siempre es sofisticado. Además, invita al juego de capas y texturas, perfecto para quienes trabajan en espacios con aire acondicionado o necesitan adaptar el look de la oficina al afterwork.
Una de las grandes ventajas de este uniforme officecore, es que puedes adaptarlo a tu propio estilo sin esfuerzo. ¿Prefieres algo más femenino? Cambia el pantalón por una falda midi satinada. ¿Quieres innovar con accesorios? Agrega un pañuelo a la cintura. ¿Te gustan los contrastes? Combina una camiseta blanca con mangas anchas y remángalas para crear volumen en la parte superior.
Piensa en cómo las prescriptoras dan vida a esta fórmula durante las Semanas de la Moda, con camisas masculinas abiertas sobre cropped tops, pantalones anchos en tonos neutros y sandalias de tiras finas. O en las chicas francesas que caminan por Le Marais con el pelo mojado, tote bag y esta misma combinación effortless que lo soluciona todo. Porque sí, a veces solo hace falta una camisa robada, un pantalón que no apriete y unas buenas sandalias para conquistar (también) la oficina.