Hace exactamente un mes que Belén Écija pronunciaba frente al altar las dos palabras con las que se unió en matrimonio al asesor financiero Jaime Sánchez, su pareja desde hace seis años. Fue el 14 de junio, durante una boda celebrada en Menorca, isla a la que está ligada desde su infancia, cuando pasaba en ella los veranos. La hija de Belén Rueda y Daniel Écija, se casó en la parroquia de San Climent, un templo neoclásico cerca de Mahón, con casi 300 invitados como espectadores.
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Influencers como Tomás Páramo y María García de Jaime o intérpretes como Dafne Fernández o Francis Lorenzo, no quisieron perderse este día tan especial, en el que la novia llevó hasta tres vestidos diferentes.
Tras pasar unos días de luna de miel en Zimbabue y Seychelles, Belén Écija ha regresado para ser esta vez invitada de otra boda. Y es que este fin de semana se han casado unos amigos suyos en Lanzarote y la actriz no ha dudado en acudir de la mano de su actual marido. Lo ha hecho con un original conjunto con el que se ha convertido en una de las invitadas virales del fin de semana.
Ha escogido un diseño made in Spain de la firma vasca Zaitegui, especializada en trabajar con tejidos naturales y conocida por sus prendas con volúmenes, transparencias y bordados. El vestido que ha llevado Belén Écija se trata del modelo Kaera (325 227,50 euros), en color rosa pastel, de finos tirantes regulables y un tul transparente con detalles blancos que lo cubre. Y aunque se trata de una elección de aire romántico y estilo princesa, ella lo ha transformado por completo, dándole su toque bohemio gracias a los accesorios que ha escogido.
A la altura de la cintura agregaba un mantón ligero con flecos y vistosas flores rojas de tela cosidas a este, que hacían juego con el color del collar marino que lucía, dejando claro el éxito de la joyería seaside, una de las principales microtendencias de este verano.
En línea con estos complementos que evocan las vacaciones en la costa, también añadía un inusual sombrero. Y es que no se trataba de un tocado o una pamela, opciones que son habituales en las bodas, sino de un bucket hat. Diseños inspirados en los que utilizaban los pescadores y marineros irlandeses (de ahí su nombre) en el siglo XX y que Prada subió a la pasarela en 2019, volviéndolos a poner de moda. Un accesorio que, como demuestra Belén Écija, puede funcionar sorprendentemente bien en una boda.