Martin Margiela, el diseñador que se atrevió a desafiar los códigos de lujo y cambiar la visión de la moda cuando fundó Maison Margiela, fue homenajeado y recordado en el desfile de la colección Otoño/Invierno 2025-2026 de la mano de Glenns Martens. El debut del diseñador fue un rotundo éxito al presentar una colección que, no solo volvía a los orígenes mostrando modelos con los rostros tapados, sino que confeccionó la línea entera con materiales reciclables.
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Algo que tienen en común el fundador y el nuevo diseñador es su inclinación hacia la experimentación, lo atrevido y lo que se encuentra fuera de lo establecido. Martens basa su moda en una estética industrial, influenciado por la arquitectura y ambiente medieval de las ciudades más emblemáticas de Bélgica, como la ciudad de Brujas, sitio natal del diseñador. Esto se traduce en siluetas desestructuradas, ilusiones ópticas y un ambiente gótico que incluso demuestra con la elección de la música durante el desfile (Disarm de The Smashing Pumkins).
Una visión que entiende la multidimensionalidad de esta era y se traduce en una colección considerada el renacimiento de Maison Margiela. Una distopía de la concepción del glamour que destaca a través de los trajes hechos totalmente de plástico; la falda drapeada en forma de corazón confeccionada de oro viejo envejecido; el collage de naturalezas muertas de juegos holandeses del siglo XVII y como guiño a su fundador las botas de Tabi, seña de la marca.
La línea es también un homenaje al anterior director creativo, John Galliano, y a su vez, una inolvidable bienvenida a la nueva etapa de Maison Margiela con Glenns Martens. Un desfile monopolizado por los diseños y una clara llamada a recordar el objetivo de semejante evento: una oda a la moda.