Es una prenda que utilizamos a diario, aunque cada vez son más las chicas que, tras la estela Kendall Jenner o Lila Moss, optan por dejarlo en casa. Sí, hablamos del sujetador. Por algunas, es visto como una imposición social; por otras, como un indispensable en su armario. Sin entrar en debates sobre quién tiene la razón, porque no existe respuesta correcta, te presentamos la lista definitiva de planes en los que sí o sí hay que llevarlo. Para que te hagas una idea, hasta yo, que tengo poco pecho, sigo este protocolo a rajatabla.
Desde un punto de vista de salud, partimos de que utilizar sujetador es bueno, pero su uso depende, claro está, del tamaño del pecho. El hecho de pasar más horas en casa por el confinamiento, en 2020, y la consiguiente implantación del teletrabajo han dado prioridad a la ropa confortable. Esta apuesta por la comodidad ha provocado que millones de mujeres dijesen adiós al sujetador, y no por razones políticas, como sí ocurrió en los años 60 con la segunda ola feminista o en los 2010 con el movimiento "Free The Nipple".
Está de más decir que hay mujeres que tienen pechos grandes y, si no están bien sujetos, sufren una sensación de dolor y malestar. El doctor José María Franco Góngora, cirujano especialista en Cirugía Plástica y Reparadora, asegura que "ayuda a prevenir su caída y el envejecimiento general de la mama. Es más, sería recomendable usarlo, incluso, por la noche". Eso sí, utilizar uno que no se corresponda a nuestra talla también puede repercutir en nuestra salud.
Como ves, su uso es controvertido. Existen motivos igual de válidos para llevarlo y para no llevarlo, según el tipo de cuerpo, el plan al que se va y hasta las convicciones de cada quien. Yo, que tengo apenas 3 o 4 en un cajón, me siento más cómoda sin él, pero debo reconocer que hay una serie de excepciones. ¿Y cuáles son?
Lo dice el protocolo FASHION: ir sin sujetador está bien, pero en estas 5 situaciones es un "NO".
1. En tu boda
Puede que, si no te has casado aún, como es mi caso, no tengas esto en cuenta. Por suerte, una de mis compañeras casadas acudió al rescate con este apunte: salvo que tu vestido de novia esté muy forrado y tu diseñador te diga que no es necesario, debes llevar sujetador o body debajo. Toma en cuenta que se trata del día más especial de tu vida en pareja y esas fotos (¡con flash!) van a inmortalizar el momento para siempre.
2. Cuando uses tejidos finos, blancos o sin forro
En la misma línea, más allá del vestido de novia, las camisetas y los tops confeccionados en punto fino o lino en color blanco se presentan como las más delatoras. Incluso si te pones una chaqueta encima, cosa que en verano se complica, un sujetador color nude (no blanco) te puede ayudar a mantener todo en su sitio, y no se notará que lo llevas.
3. Para hacer deporte
El doctor José María Franco Góngora apunta la necesidad que ponerse sujetador cuando se realiza actividad física, tengas mucho o poco pecho: "Para aquellos deportes de poco impacto, se preferirá una sujeción media, mientras que para los de alto impacto la sujeción será máxima".
Y no te vale cualquier modelo que tengas en casa: "Los sujetadores deportivos deben evitar la aparición de rozaduras, esto se conseguirá con modelos sin aro, de microfibra (más transpirables y de rápido secado), con costuras planas, que eviten el exceso de contacto entre ambas mamas y que carezcan de etiquetas o cierres que contacten con la piel", explica.
4. Si viajas a temperaturas bajo cero
No hace falta explicar qué ocurre con nuestros pechos cuando nos exponemos, sin la vestimenta apropiada, a climas tan fríos. En estos casos, el sujetador es materia tanto estética como práctica. Sobre todo si es térmico, no solo va a suponer una capa más de ropa que te proteja de las bajas temperaturas, sino que evitará esas molestas rozaduras con los pezones.
5. En entornos laborales formales
En ciertos entornos profesionales de corte corporativo, al igual que de cara a una entrevista de trabajo, ponerte un sujetador mitigará distracciones innecesarias si llevas camisas finas y tejidos ajustados o con caída sobre el pecho. A nosotras también nos encantaría vivir en un mundo que no prestase atención a estas cuestiones ni pusiese el foco siempre en el cuerpo femenino, pero hay que acoplarse, mientras tanto, a las reglas no escritas del mercado laboral.