Giambattista Valli clausuró el primer día de la Semana de la Alta Costura en París con su colección Otoño/Invierno 2025-2026, un desfile que se desmarca (por un buen motivo) del resto que ha presentado el diseñador romano en sus muchos años de carrera. Momentos antes de que desvelada las novedades de la firma, fue condecorado por el Ministerio de Cultura de Francia con el rango de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras, en reconocimiento a su destacada contribución al mundo de la moda y la cultura. Se trata de una distinción relativamente poco otorgada, siendo un gran honor para el couturier.
La condecoración que se otorgó a Valli es respaldada por la maestría que despliega su nueva colección de Alta Costura, con la que preserva sus característicos vestidos vaporosos de gasa y tul, adornados con meticulosos bordados, decorativos florales o motivos de flores holográficas. Eso sí, en esta entrega encontramos diseños en colores vivos, del naranja al amarillo, que rompen con sus habituales gamas pastel.
Las colas interminables, los lazos que se aferran como la hiedra a las imponentes estructuras de sus prendas y las flores que nacen de las mangas hacen hincapié en su firma personal, una centrada en la elegancia que contrapone estilos como en un viaje al pasado: del pomposo siglo XVII a los perfeccionistas años 50.