"Más que provocar, me gusta emocionar", solía decir David Delfín, quien convirtió la pasarela española en un espacio para sentir, transformar y cuestionar las formas más convencionales de la moda. Sin embargo, la provocación estuvo a menudo presente en su trabajo, cuya creatividad revolucionaria a veces llegó a rozar casi la censura, despertando algo en el espectador de la misma manera que lo hicieron también genios como Alexander McQueen o John Galliano.
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David Delfín antes de su desfile en Mercedes Benz Fashion Week (2014)
El modisto falleció en 2017 tras una dura lucha contra un cáncer cerebral: "Rendirse a la enfermedad no me parece algo atractivo", llegó a asegurar frente a los periodistas. Ocho años después de su muerte, su legado en la moda continúa vivo, algo que se encargará de recordar RTVE. El medio ha anunciado este martes que se encuentra en pleno proceso de edición de undocumental sobre la vida personal y la trayectoria profesional de David Delfín. Un trabajo grabado en Madrid y en Marbella, donde han entrevistado a los hermanos del diseñador y a quienes fueron sus amigos cercanos, como Alaska, Mario Vaquerizo o su compañero de profesión, Juan Duyos.
De momento se desconoce la fecha de estreno, pero mientras esperamos, queremos recordar algunas de las anécdotas más remarcables que explican el legado de David Delfín.
1. Una primera colección creada con ropa de segunda mano
En 1999 transformó uniformes militares antiguos en piezas artísticas cargadas de memoria, para una exposición en la que participó en Madrid. Añadió a sus creaciones cruces de fieltro inspiradas en el alemán Joseph Beuys y frases escritas a mano. Entre ellas, su propio lema: “muestra tu herida”, que más tarde se tatuó. Bautizó a esta primera colección como Sans Titre (Sin título).
Pocos desfiles han sacudido la pasarela madrileña, ahora llamada Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, tanto como el primero de David Delfín en 2002. Bajo el título Cour des Miracles, las modelos aparecieron con capuchas y sogas al cuello, generando un revuelo inmediato. Se cuestionó su trabajo, tachándolo de provocación gratuita, algo que no desmotivó al modisto. En realidad, explicó que se trataba de un homenaje al surrealismo de las películas de Buñuel o a cuadros de Magritte como el de Los amantes. "Me gusta crear imágenes abiertas a interpretaciones. Ya lo decía Bourgeois: lo importante son las ideas y las emociones", aseguró.
Aquella provocación que algunos medios calificaron como "el incidente más grave de la pasarela madrileña", lejos de hundirle, sirvió para asentar las bases de su universo: piezas limpias, conceptuales, patrones impecables, pero con un mensaje subversivo que invitaba a reflexionar sobre la muerte, el poder o la identidad.
Su nombre real era Diego David Domínguez González, pero escogió como su alter ego creativo a este animal asociado a su inteligencia, libertad y capacidad de adaptación. Convirtió su nombre en sello al fundar su marca, Davidelfin, en 2001 junto a su gran amiga Bimba Bosé y los hermanos Postigo (Deborah, Diego y Gorka). “Escrito todo junto, como metáfora de la unión de las inquietudes del grupo, un proyecto multidisciplinar donde moda, fotografía, arquitectura y vídeo conviven desde entonces”
Tan singular como su nombre fue su logotipo, una tipografía que diseñó escribiendo con la mano izquierda (siendo diestro) para obtener un trazo único e irrepetible. Esa caligrafía imperfecta se transformó en uno de sus símbolos más reconocibles, presente también como estampado en algunos de sus diseños.
Delfín era un apasionado de la camisa blanca. Un básico de armario que utilizaba como un lienzo en blanco sobre el que experimentar superposiciones, asimetrías y mensajes estampados. Partiendo del patrón clásico, nos enseñó que esta pieza puede interpretarse de infinitas maneras sin perder su esencia.
Fue a principios de los 2000 de los pocos diseñadores que defendía férreamente el concepto de unisex. Exploraba el potencial de la ropa sin etiquetas, apostando por prendas que rompían las barreras de lo masculino y lo femenino, dándole otro sentido a la sastrería más clásica, jugando con cortes y proporciones, y con un patronaje libre de prejuicios.
Bimba Bosé desfila para David Delfín en Nueva York (2009)
7. Presentó sus colecciones en Nueva York
Además de sus desfiles en Madrid, el diseñador logró presentar sus propuestas en la Gran Manzana. Lo hizo en 2009 y 2010 en New York Fashion Week con un giro diferente: "He intentado hacer una colección un poco más colorista. Esta vez he hecho un ejercicio de contención y no he utilizado el negro", reveló entonces sobre aquella colección estival en la que restó protagonismo a su color favorito.