El color rojo capta la atención al instante y se asocia con fuerza, determinación y confianza. Por eso, no es casualidad que tantas figuras públicas, desde reinas hasta ejecutivas de alto nivel, lo elijan cuando necesitan transmitir seguridad y autoridad. Pero toda regla tiene sus excepciones. ¿Y si en lugar de un traje rojo, por ejemplo, hablásemos de un vestido rojo? ¿Qué nos transmite?
Estrenamos nuestra serie de Protocolo FASHION con los 5 "NO" definitivos.
1. Una primera cita
En mi corta vida, he pasado por decenas de primeras citas. Ni me enorgullezco ni me avergüenzo. Y si algo he aprendido es que, ante la duda, porque cada uno es de su padre y de su madre, lo más prudente es no dar a entender que estás interesada en una segunda cita desde el inicio. Gracias al mundo del cine, el vestido rojo se asocia con la seducción, así que procura usar esta herramienta con prudencia.
2. En una entrevista de trabajo
Es cierto que el rojo comunica liderazgo y seguridad, pero también puede proyectar agresividad, dominancia o tendencias individualistas. Ya que, de buenas a primeras, desconoces los posibles sesgos de tu futuro empleador, lo mejor es acudir a esa primera toma de contacto con un look neutro, que sea elegante y cómodo a la vez. ¡Que tu personalidad y tus conocimientos hagan el resto!
3. En una tutoría, seas la madre o la estudiante
En la mayoría de colegios y universidades, no está prohibido, pero sí conviene matizar el tono de rojo, así como el diseño del vestido. Si acaba por encima de las rodillas, presenta un escote pronunciado, lleva tirantes finos o se ajusta al cuerpo, déjalo para otras ocasiones.
4. Para conocer a tus suegros
Tengo la suerte de que mi suegra es tan relajada que rara vez se fija en lo que llevo puesto. Ni los protocolos ni las tendencias son lo suyo, pero no hay que tentar a la suerte. Si te pones un vestido rojo para una primera reunión familiar, puedes parecer demasiado intensa, provocativa o incluso egocéntrica sin pretenderlo.
Tampoco debemos ignorar que este es el color de la pasión y el deseo, y probablemente no quieras que tus suegros estén pensando en eso cuando te conozcan.
5. Si vas a dar una conferencia
Si lideras un equipo de trabajo o estás a punto de desplegar tus conocimientos de experta ante un público que quiere aprender de ti, evita cualquier prenda de ropa o accesorio que sea capaz de restarle atención a tus palabras.