Cuando Achille Maramotti fundó Max Mara en 1951, su intención estaba clara: vestir a las esposas de los médicos y abogados, las mismas mujeres que, años después, se convertirían ellas mismas en profesionales con gran poder de decisión. Ian Griffiths, actual director creativo de la firma, insiste en mantener vivo el sueño de Maramotti: vestir a mujeres reales. En su colección Crucero 2026, que se ha presentado este 18 de junio en Nápoles, ha querido evocar a las protagonistas del neorrealismo italiano, de Sofia Loren a Silvia Mangano, esas que enseñaron a la italiana sobre libertad en tiempos de posguerra.
Venere Vesuviana (en español, Venus Vesubiana) es una colección que exalta la feminidad de la mujer italiana, erigida como canon de la sensualidad gracias al estatus de culto adquirido por el cine neorrealista de Fellini, Visconti o Antonioni en los años 50.
Llama especialmente la atención la colaboración con la emblemática casa napolitana E. Marinella, cuyos clásicos estampados de corbatas de 1951 han sido reinterpretados en sofisticados pijamas de seda y delicados jerséis de cachemir con bordados.
En palabras de Griffiths, se trata de "un homenaje al espíritu radiante, la elegancia atemporal y el estilo imperecedero de Nápoles". La Reggia di Caserta es un majestuoso palacio barroco ubicado en la localidad italiana de Caserta, dentro de la región de Campania. Fue mandado construir por el rey Carlos VII con el propósito de convertirlo en el centro político y cortesano del entonces recién establecido Reino de Nápoles.
Más allá de su función administrativa, el edificio fue concebido como un emblema del poder de la Corona, una residencia real que aspiraba a estar a la altura de grandes joyas europeas como el Palacio de Versalles, y que consolidara el legado de la dinastía Borbón-Dos Sicilias.