El blanco, en todas sus versiones —desde el más puro hasta los tonos crudos y vainilla—, se ha convertido en uno de los colores estrella del verano. Lejos de ser exclusivo de las novias, este tono suave, luminoso y elegante que tanto encaja en la estética del lujo silencioso, se cuela en los armarios como la base perfecta para looks especiales.
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Esta temporada, firmas como Chanel, Lacoste, Zimmermann o Ermanno Scervino lo han confirmado sobre la pasarela: el blanco funciona mejor cuando se lleva de pies a cabeza, mezclando en un mismo conjunto prendas ligeras y siluetas relajadas de este mismo color. ¿El truco para que funcione sin caer en lo aburrido? Jugar con las texturas y los complementos.
Combinar diferentes tejidos como lino, algodón estructurado, encajes o bordados artesanales aporta profundidad, mientras que los accesorios —bolsos acolchados, sandalias metalizadas o collares maximalistas— aportan el toque divertido.
Vestir de blanco puede ser de todo menos predecible. Y así lo demuestra esta propuesta de pasarela, un look de la colección Primavera/Verano 2025 de Chanel que nos inspira y que así puedes recrear.